La riqueza natural que posee el río Grande de la Magdalena es invaluable, no solo por su gran extensión dentro del territorio nacional, sino por contar con una serie de ventajas hídricas, climáticas y geomorfológicas, que lo convierten en una zona con muchas virtudes productivas desde el punto de vista económico. La región Caribe, consciente de eso, ha decidido devolverle al río el valor que se merece como eje impulsador del desarrollo.
Uno de los proyectos más ambiciosos que existen va por parte de una alianza público-privada, impulsada desde la Vicepresidencia de la Nación, que busca invertir $2.5 billones para devolverle la navegabilidad al río. Aunque han habido problemas para el cierre financiero de Navelena, la firma contratista, la iniciativa se ha convertido en un propósito nacional, pues con ella se lograría en 2021 intervenir 900 km que facilitarían el transporte de carga entre Puerto Salgar (cercano a Bogotá), hasta Barranquilla y el Mar Caribe.
En Barranquilla se han venido desarrollando proyectos como la Avenida del Río que se constituye por una vía doble calzada de cinco kilómetros entre el Puente Pumarejo y el empalme con la Vía 40; un puente para acceder a La Loma, desde la calle sexta con carrera 51; y un malecón llamado León Caridi, paralelo al río y con una longitud de 700 metros para el disfrute lúdico. Además está la construcción del CEEC Puerta de Oro ubicado en el barrio Siape.
Existen también proyectos para el diseño y construcción de obras para el sistema de acondicionamiento ambiental y de navegación del Canal del Dique, en su primera fase, y otro para la construcción, rehabilitación, adecuación y modernización de instalaciones para el transporte y muelles de carga de pasajeros. Estos son impulsados por el Ministerio de Transporte en alianza con Cormagdalena (Corporación Autónoma Regional Del Río Grande De La Magdalena).
Holbert Corredor, subdirector de Desarrollo Sostenible y Navegación de Cormagdalena, cuenta que 'el sistema hídrico tiene una connotación multipropósito por eso requiere mucho más, otro enfoque, otra infraestructura y una organización que depende de muchas instituciones, personas, comunidades'. Con esto se ratifica la importancia de establecer alianzas en la corporación para que los proyectos tengan futuro. Si bien cuentan con la jurisdicción del río, para cada proyecto que se emprenda existe otra autoridad competente con la que necesariamente deben trabajar en conjunto, por lo que solo pueden existir bajo la coalición de muchas fuerzas en torno al río.
La apuesta del sector privado
La compañía Imapala Terminals Colombia SAS, filial del grupo holandés Trafigura, es una de las empresas que le ha apostado a la operación logística a través del río Magdalena. Con una inversión privada que está alrededor de los US$ 1.000 millones en infraestructura para el transporte multimodal, mueven desde carga líquida hasta seca, e incluso ya realizaron su primera exportación desde Barrancabermeja hacia Estados Unidos.
'Nosotros hemos traído al país flotas de última tecnología. Nuestros equipos de navegación fluvial para cargas secas y cargas líquidas son los más modernos que hay en el mundo, lo cual garantiza la sostenibilidad del negocio y que el río Magdalena es protegido' señala Alejandro Costa Posada, gerente general de la firma, quien además cuenta sobre la creación de Cefmar, un centro de formación para la navegación fluvial y marítima que funciona desde agosto del año pasado.
Los retos
Un estudio realizado por la Procuraduría General de la Nación evidencia que todavía falta mucho trabajo para poder recuperar por completo la cuenca del Río Magdalena, puesto que 'la situación actual de los ecosistemas de la cuenca presenta casos de elevada transformación, perdida del hábitat y de su entorno natural que afecta directamente los servicios ambientales que estos prestan para diversas actividades sociales y económicas de la población que habita la cuenca'. También hablan de la falta de plantas para el tratamiento de aguas residuales que existe en 180 municipios relacionados con el río, mientras que en 27 de los que si cuentan con una, aún no se encuentra funcionando, lo que agrava la situación.
Cesar Lorduy, abogado y experto en temas portuarios, señala que 'el río dejó de ser un recurso ictiológico, pues los indígenas que veían anteriormente en él su fuente de alimentación, hoy no podrían hacerlo al estar el agua tan contaminada, haciendo que los peces no tengan la mejor vida en esas condiciones. Sin embargo, en el plan de Cormagdalena está contemplado fomentar la riqueza ictiológica en las ciénagas que están alrededor del río'.
El paso a seguir para recuperar este afluente va más allá de hacer dragados o reforestar las laderas, pues incluye la articulación de los diversos agentes que intervienen en el río, desde las ciénagas que lo rodean o las distintas fuentes hídricas que desembocan en él, hasta incluso la interacción que se tiene con sus municipios aledaños.
El objetivo de no solo devolverle la navegabilidad al río, sino de obtener un aprovechamiento integral de sus virtudes no se podrá conseguir de un día para otro y requiere de la unión de varias fuerzas más allá de la voluntad política o económica, pues haría falta la debida socialización de los planes a los municipios, gobernaciones y entidades que los componen. Sin embargo, luego de muchos años de olvido, ha logrado recuperar su lugar en la agenda de la región.