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Una ciudad se vuelve sostenible cuando es capaz de ofrecer diversas alternativas efectivas para la movilización de sus habitantes. Basándose en esto, el Distrito ha articulado un plan en el que contempla fortalecer el SITP (Sistema Integrado de Transporte Público), mejorar la malla vial para que sea usada no solo por vehículos sino por peatones y bicicletas, y crear cultura ciudadana.

En cuanto a la malla vial se hará una inversión de casi 700 mil millones de pesos entre mejoramiento y ampliación de vías, con el distintivo de no hacerlo pensando únicamente en el carro, sino considerando los andenes para crear espacios agradables para los peatones, con la plantación de árboles adultos, la subterranización de las redes y la creación de ciclorrutas. Se hizo una priorización de las vías más importantes que faltan por arreglar, entre las que se encuentran la calle 72, vía 40, calle 84 y 85 (doble calzada) y la entrada por la carrera 4. Por último la cultura ciudadana es clave al momento de crear cualquier plan de movilidad, para garantizar el respeto de las normas de tránsito, mediante capacitaciones que permitan cambiar la mentalidad del barranquillero. 'Lo que queremos es que la gente llegue sana y salva a su casa y a su trabajo, y que al mismo tiempo la ciudad sea amable. Porque cuando en una ciudad te montas en un vehículo o en una bicicleta y sales más estresado porque te pitaron o alguien se voló el semáforo, hubo un accidente o los pitos no pararon, no te sientes cómodo y relajado', afirmó Jaime Pumarejo, gerente de Desarrollo de Ciudad.

Para la canalización de 7 arroyos, los 'más guapos', como les llama el alcalde Alejandro Char, se tiene estimado invertir casi 660 mil millones de pesos. Con esto, además, se resuelve un problema que, en concepto de muchos, no tenía solución y que durante más de 30 años fue mirado como 'el destino de la ciudad'. Pero, como expresa Pumarejo, 'ahora Barranquilla con su propio esfuerzo e ingeniería criolla, diseñada aquí en la ciudad, estamos solucionando un problema que nos dijeron que nunca se podía arreglar'. En los últimos 8 años se han canalizado 47 kilómetros de arroyos ubicados en su mayoría al suroccidente de esta capital y se espera que finalizada esta administración se terminen las obras en la 21, Felicidad, 58, 76-75, 65, Hospital y 91-92. El arroyo de la 21, por ejemplo, transporta 8 veces lo que bombea el acueducto para abastecer el área metropolitana; es decir, si en el área metropolitana de Barranquilla se utilizan 12 metros cúbicos por segundo (m3/s) de agua para abastecer a todas las familias, este arroyo puede mover cerca de 80 m3/s en un aguacero, una cantidad importante. Los que le siguen en caudal son el de la carrera 65 y el de la Felicidad, que mueven 67,4 m3/s y 62 m3/s respectivamente. Al finalizar las obras quedarán canalizados 16,3 kilómetros más de arroyos, lo que además va acompañado de arborización, subterranización de redes y ampliación de los andenes, cambiando así la cara de la ciudad.

Según la secretaria de Planeación Distrital, Margarita Zaher, lo que se espera entregar dentro de 4 años es una ciudad distinta en la que después de ejecutado el Plan de Desarrollo no se tenga arroyos, cuente con 120 parques adicionales al servicio de los barranquilleros, más seguridad, es decir, que sea una Barranquilla 'mucho más amable y bonita al servicio de sus ciudadanos'.

Servicios públicos de calidad

Desde la Secretaría de Planeación se está haciendo un seguimiento a las empresas operadoras de servicios públicos en la ciudad no solo para garantizar que lleguen a todos, sino que se brinde el mejor servicio posible y a un precio justo.

La Secretaria de Planeación destacó que en este momento se está construyendo, con el apoyo del Ministerio de Vivienda, un gran tanque para el almacenamiento de agua potable, que quedará en el corregimiento de Juan Mina, y atenderá la demanda del preciado líquido en la nueva expansión de la localidad Suroccidente. Allí se invierten 25 mil millones de pesos. Explicó, además, que se está haciendo un trabajo coordinado con los operadores para las nuevas obras, pues la idea es empezar a subterranizar las redes, principalmente las de telecomunicaciones y energía eléctrica, para crear una armonía estética. Las obras ya ejecutadas como las de la 79 y 84 ya cuentan con esta implementación.