María* está indignada. No va a llevar más a su hija de quince años a la sicóloga, porque cree que le faltó al respeto.
La profesional especializada que la atiende le preguntó a la adolescente si creía que su papá la miraba con ojos de hombre y no de progenitor. La joven es una de las mil que han sido atendidas en el hospital Nuestra Señora de El Carmen Bolívar, desde hace dos años, padeciendo una extraña sintomatología, atribuida por sus padres a efectos colaterales de la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano, VPH. Sufren desmayos, convulsiones, taquicardias, cefaleas y dolores en las extremidades. Les da repentinamente. Y no hay medicina que los prevenga.
La hija de María, después de dos años de vacunada, empezó a convulsionar, a diferencia de otras que les ocurrió al poco tiempo de inmunizadas. Desde hace tres meses la llevan a la sala de emergencias del hospital de esta población de los Montes de María, que en Colombia es la que recibe más adolescentes afectadas con estos síntomas.
La adolescente lleva tres terapias sicológicas, pero la pregunta sobre su padre la molestó. También a sus progenitores. En esta sesiones, tres veces a la semana, sicológos atienden a adolescente afectadas y les preguntan sobre su entorno familiar.
Recetas del ‘curioso’
Tras indignarse por la averiguación de carácter profesional de la sicóloga, María ahora acude con su hija a lo que en el pueblo llaman un ‘curioso’. Pero ella dice que es un médico naturista, venido de Sincelejo, que asegura que cura a las niñas.
Descubrió, según ella, que el cuerpo de su hija está plagado de metales. El naturista le recetó unos medicamentos, luego de, como dice María, 'ponerle un aparato que le revisa todos los órganos'.
Se dirigieron a este hombre porque consideraron que en el hospital 'no atienden a la niña debidamente'. 'Les recetan –se queja– solamente acetaminofén, les ponen oxígeno, una dextrosa y cuando están controladas entonces las mandan a las casas', cuenta contrariada la mujer.
El caso de las niñas que sufren desvanecimientos y entumecimientos de sus brazos y piernas es uno de los más extraños de los que se tenga conocimiento en la región de los Montes de María y muchos kilómetros a la redonda, sin duda. Lo han equiparado a una maldición. A un castigo peor que la guerra que aquí, en medio de masacres y desplazamientos forzados, se vivió.
Falta atención integral
Para la Defensora del Pueblo regional, Irina Junieles, lo que ha faltado es una 'verdadera atención integral' del Ministerio de Salud a las niñas. Para la funcionaria, sea una afección mental o física, las autoridades gubernamentales deberían disponer equipos de profesionales para atender este fenómeno que afecta a un millar de niñas y adolescentes.
No ha habido, desde mayo de 2014, un bendito día en que no ingrese una menor de edad a la sala de urgencias del hospital. Parece una pesadilla sin fin. La líder defensora de los Derechos Humanos y de la Organización para la Defensa Ciudadana de El Carmen, Blanca Victoria Sabagh, dice: 'El tema se vuelve mucho más complejo cada día'.
El pasado jueves, quince de ellas ingresaron a atención médica de urgencia al hospital. Antes se pensaba que este número era significativo y alarmante porque estaban las cámaras de televisión apostadas a la entrada del hospital y había una especie de espectáculo de parte de las niñas.
Sin embargo, el impacto mediático cesó hace ya dos años, pero la situación sigue. En la noche del viernes, en la mañana habían ingresado cuatro niñas. Una vecina del centro hospitalario dijo a este diario: 'Esta noche (viernes, 10:28 p.m.) he visto pasar a varias desmayadas, movilizadas en motos'.
¿Y en las escuelas?
En los colegios, entre tanto, parece que se hubieran acostumbrado a la situación. Son tan constantes los desvanecimientos de las estudiantes vacunadas que en instituciones como la escuela Gabriela Mistral los mismos compañeros y compañeras de clases llevan a las afectadas a una sala donde hay colchonetas. Allí las acuestan y cuando pierden el conocimiento y convulsionan, los muchachos van al patio y cortan hojas de los árboles de guanábana, que trituran en las narices de las desmayadas para que reaccionen. Atribuyen a estas hojas un fuerte olor que hace que vuelvan en sí.
Historias como esta abundan en El Carmen. Cada día surgen nuevas versiones. Unas, incluso, parecen traídas de los cabellos, como la que circuló en un principio, y que aún manejan algunos, que habla del uso masivo de la tabla de güija, o ouija, que, según las creencias, alborotó a espíritus malignos que se apoderaron de cientos de niñas y las tienen en su poder.
Independiente de estas creencias basadas en argumentos sobrenaturales, lo cierto y doloroso es que en junio del año pasado (2015) una niña de 13 años, hija de campesinos del corregimiento de Caracolí, en las montañas de El Carmen, ingirió un herbicida, en una acción suicida. La adolescente lo habría hecho, según sus familiares, desesperada por los continuos desmayos y dolencias que sufría, una vez recibió las dosis de la vacuna contra el VPH.
Desmayos ante Minsalud
A todo esto, el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, en una reunión con los padres de las niñas afectadas, celebrada en agosto pasado, en el coliseo de la Institución Educativa Técnica Industrial, de El Carmen, fue enfático en decir que no había ido al Municipio a decir que la vacuna era la causa de las dolencias de sus hijas.
Aseguró que la hipótesis que se desprende de las investigaciones realizada por su cartera da cuenta de que posiblemente algunas niñas tuvieron reacciones adversas a la vacuna y esto, al verlo las demás, se produjo un choque síquico, lo que produjo lo que llaman una 'sicogenia colectiva'.
Justamente ese viernes 5 de agosto, cuando se desarrollaba la reunión del Ministro con los padres, cinco niñas sufrieron convulsiones. Estaban formadas frente al funcionario para decirles unas palabras explicando sus padecimientos.
La líder Sabagh tiene una explicación de esto que pareció un espectáculo montado. 'Cuando las niñas se someten a ambientes de estrés, temperaturas altas y esfuerzo físico, les da la sintomatología de las convulsiones', aseguró.
Para ella, más allá de lo que se crea en la capital del país y otros lares, el verdadero drama lo viven cientos de hogares humildes de El Carmen. Muchos padres se duelen de que sus hijas hayan perdido la vitalidad. Otra madre describió lo que ocurre en su casa: 'A mi niña se le corta la respiración, no es la misma de antes, está de mal color, vive con dolores de cabeza, se desmaya, triste y no quiere salir, porque teme que pueda perder el conocimiento en cualquier momento'.
Médicos no entrenados
Algunos padres han acudido a tutelas. Verónica Romero, quien tiene dos niñas afectadas, ganó una con la asesoría de la Defensoría del Pueblo regional, entidad que ha acompañado este proceso y le ha hecho seguimiento al cumplimiento de los compromisos del Gobierno. A su hija le detectaron metales en su cuerpo y la sometieron a tratamientos. Sin embargo, la adolescente no está sana del todo.
La defensora Junieles sostiene que se requiere un tipo de atención especial para estos casos tan diverso como difícil de entender y resolver. La funcionaria señala que muchas veces son transferidos al poblado médicos que no tienen conocimiento del tipo de atención que se les debe dar a las niñas.
Lo que más confunde es que en otras ciudades de Colombia, e incluso del mundo, jóvenes después de vacunadas contra el virus del Papiloma Humano han presentado cuadros parecidos a los de las niñas de El Carmen.
Reclamos en redes
En una reciente reunión de Ministros de Salud de Iberoamérica, celebrada en el Centro de Convenciones de Cartagena, el titular de la cartera de México, en conferencia de prensa con el de Colombia, aseguró que en el país Centroamericano, la vacunación contra el VPH 'fue un éxito', y dijo que no se habían reportado casos adversos.
El ministro Gaviria, tal vez reaccionando a algunos informes de prensa y televisión recientes, que recuerdan los dos años de padecimientos de cientos de familias, en su cuenta de Tuiter, escribió, el viernes en la noche: 'Mientras tanto en Colombia amarillismo en contra de la vacuna'. Y muestra una tabla que relaciona la efectividad del tratamiento contra el cáncer cervical y vaginal.
A este tuit, Sabagh, de El Carmen, respondió: 'Lo cierto es que afectó (la vacuna) la salud de muchas niñas a la fecha continúan desmejorando su salud'. Pide atención integral especializada y atención personalizada para las adolescentes.
Veinticuatro meses y cien días después, el drama de las niñas de El Carmen no acaba. La situación ya no acapara los titulares de la prensa. Pero en cientos de hogares, familias desesperadas acuden a fórmulas, incluso, descabelladas con el fin de devolverles la alegría y la salud a sus hijas.
Tenga razón el Ministerio de Salud, o los padres; sea la vacuna o no la causa de sus males, las niñas, como bien lo dice la Defensora del Pueblo regional, requieren de una completa y continua atención integral del Estado, que, al decir de los familiares de las afectada, no lo han tenido.
De acuerdo con Junieles, algo pasa. Para ella el hecho es que un millar de adolescentes llevan un calvario que debe, con una verdadera atención profesional, continua e integral, resolverse.
Casos similares en otros países atribuidos a la vacuna
Un informe de la BBC de Londres, del 28 de agosto de 2014, reveló que la Asociación de Afectadas por la Vacuna del Papiloma, de España, relacionó el tratamiento contra este virus con la muerte de tres niñas.
En Valencia, España, una líder de padres de niñas afectadas describe a la BBC lo ocurrido con su hija de 14 años, después de haber sido vacunada. 'Estuvo muy grave, empezó a convulsionar, la trasladaron a la Unidad de Cuidados Intensivos, donde pasó 41 días y después permaneció ingresada cuatro meses en el hospital', contó. Sin duda, son los síntomas parecidos que padecen las adolescentes de El Carmen y de otras ciudades del país como Bogotá y Cali, donde se han dado casos semejantes. En México, incluso, padres abrieron una página en Facebook que llamaron Afectadas México Vacuna Papiloma Humano. En ella hay videos de testimonios de niñas enfermas. Algunas aparecen en sillas de rueda, responsabilizando de su estado a la vacuna. En un aparte se lee: 'La vacuna del VPH ha convertido la vida de muchas niñas en una pesadilla'.
*Nombre cambiado de madre de niña afectada