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En estribaciones de la Sierra Nevada, en el norte del Cesar, está el municipio de Pueblo Bello, uno de los principales productores de café en la Costa Caribe.

En esta tierra a 1.200 metros sobre el nivel del mar, con población indígena en su gran mayoría, se cultivan 4.861 hectáreas del grano.

Según el Comité de Cafeteros, casi el 100 % de la cosecha es tipo exportación, dirigida a los mercados de Japón y Estados Unidos. 

El país asiático se ha convertido en el cuarto consumidor de café en el mundo, y el segundo comprador del producto colombiano después de Estados Unidos, reportó la Federación Nacional de Cafeteros.

El fruto de nuestra Sierra es apetecido por su aroma y sabor.

'El café que se produce en el macizo es reconocido por un gran balance entre acidez media, cuerpo medio alto y aroma, caracterizado por las notas dulces a panela y textura achocolatada', informó el organismo cafetero. 

En Pueblo Bello más de 1.400 familias entre colonos y arhuacos siembran café en 1.527 fincas, con una producción anual de 5 millones 800 mil kilos, que generan un movimiento de 53.800 millones de pesos.

El director ejecutivo del Comité de Cafeteros del Cesar y La Guajira, Álvaro Osorio Cuenca, señaló que el grano se convierte en la principal actividad económica de Pueblo Bello, al punto que gran parte de la población vive directa e indirectamente del cultivo.

Y no solo son las familias productoras, en época de cosecha los recolectores locales resultan insuficientes, por lo que llega gente de otras latitudes a trabajar en las fincas cafeteras.

Desde Valledupar cientos de personas se trasladan hasta la Sierra a recoger café.

Osorio da cuenta de que en cada cosecha en Pueblo Bello se generan unos 9.300 empleos directos.

Para Luis Alfredo Cuello, vendedor de pescado que se ubica en el sector comercial de Pueblo Bello, cuando llega la temporada de cosecha todos ganan, empezando por los establecimientos de comercio.

'Muchos bajan a comprar víveres, se mueven los restaurantes y estaderos, hay mujeres que derivan su sustento de lavar ropa a los trabajadores, tienen ingresos los transportadores, los que alquilan habitaciones, el que vende artesanías, mejor dicho, se vive toda una bonanza'.