El desbordamiento de los ríos Cauca, San Jorge y la amenaza de inundación que ha generado el Magdalena ha dejado, además de miles de damnificados, millonarias pérdidas en el sector ganadero. Las vacas mueren ‘encalladas’ en los terrenos fangosos, los cerdos se ahogan y las gallinas que sobreviven son vendidas hasta por $3 mil pesos al mejor postor.
La situación es preocupante y con la llegada de la segunda temporada de lluvias, que pronosticó el Ideam, todo parece indicar que será mucho peor. Los campesinos tienen dos duras tareas: salvar lo poco que pueden rescatar de las aguas que han entrado a sus hogares y llevar hasta tierras altas a los animales, donde se vive otra crítica situación que viene siendo denunciada: el alto alquiler mensual que se cobra por res.
Algunas corporaciones han revelado que, por el arriendo de una parcela, hay dueños de fincas que están cobrando hasta $50.000 por cabeza de ganado. Además, hay terratenientes que se aprovechan de la necesidad de pequeños productores de leche para comprarles los semovientes a precios muy bajos. En muchos casos, según comentan en la región, hay vacas lecheras que se están negociando en $300.0000, cuando el valor real es de más de $800 mil, dependiendo del tamaño y la raza, entre otros aspectos.
Pero la problemática no para ahí. Los animales que se han salvado de las aguas están muriendo de hambre por la falta de terrenos para pastar y los que aún sobreviven están flacos y con laceraciones en sus cuerpos.