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Las noches y madrugadas se han vuelto más negras y temibles que nunca en las zonas rurales de la región Caribe. La razón: miembros del Clan del Golfo e integrantes de la delincuencia común que anhelan ingresar a la organización criminal se han dedicado las últimas semanas a atacar estaciones de policía y a patrulleros que hacen guardia en trochas de pueblos pequeños.

Tan solo en la noche del pasado miércoles se registraron hostigamientos contra una estación en Planeta Rica, Córdoba, y contra otra en Santiago Apóstol, Sucre. Y, aunque no se reportaron heridos ni muertos, las arremetidas contra la fuerza pública han vuelto a ‘engordar’ un monstruo que hace recordar las épocas sangrientas del capo Pablo Escobar: están matando a cualquier persona, sin importar el rango o años en la institución, que porte el verde oliva.