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 No es raro que una ola entre por las ventanillas de una de las busetas que circula por la avenida Santander, en el trayecto entre Las Tenazas y el parque de La Marina.

La culpa es de las ráfagas de vientos que soplan desde finales de febrero, no solo en Cartagena, sino en toda la costa Caribe.

Pero el mar desquiciado por los alisios de estas semanas no solo bañan a pasajeros de las busetas y a los transeúntes de esta vía, sino que deterioraron completamente la calzada costera de la avenida, que después del mediodía, cuando aumenta la marea, permanece anegada y en ocasiones con piedras.

De acuerdo al Departamento Administrativo de Tránsito y Transporte del Distrito, DATT, la condición de humedad y huecos de este tramo de la avenida es causa de accidentes. El año pasado, según reportó el ente, un conductor perdió el control de su auto y fue a dar al mar.

La Dirección Marítima y el Ideam alertaron recientemente una 'alerta roja en todo el Caribe colombiano' por las brisas que alcanzan hasta los 80 kilómetros por hora. 

Por supuesto la navegación a las islas de Cartagena y la pesca artesanal está afectada. Los vientos golpean con una fuerza de 35 nudos en el Caribe y que generan olas hasta de cinco metros.

La afectación de la Santander es evidente. Sin embargo, no es un problema de temporada. La subida de los niveles del mar afectan a Cartagena desde hace más de tres años y la situación ha empeorado en los dos últimos, cuando las aguas del océano desbordan la protección costera e inundan la avenida primera de Bocagrande y la que bordea la bahía.

Igualmente la Santander, cubierta con asfalto, se deteriora con facilidad porque es un material que no resiste el agua.

Por eso, el secretario del Infraestructura, Iván Martínez, sostuvo ayer una reunión en Bogotá para impulsar ante el Gobierno Nacional la megaobra llamada Avenida Bicentenario, que es la nueva construcción reforzada de la defensa costera de esta zona, de un paseo peatonal y de la nueva vía de dos calzadas, desde Crespo hasta El Laguito.

El proyecto cuesta $500.000 millones y que el Distrito no cuenta con un presupuesto de este alcance para ejecutarlo, por lo que se requiere del apoyo de la nación.

Para aliviar los embates del mar, en tres meses, la Alcaldía pavimentó la Santander con un concreto especial que resista el agua marina. VA