Como parte del proceso para acabar con la tercerización en el Hospital San Jerónimo de Montería, el gerente interventor nombrado por la Supersalud, Juan Carlos Guardo, confirmó que hasta ayer han salido 191 trabajadores.
En rueda de prensa, explicó que la ‘masacre laboral’ a la que se refieren los trabajadores era necesaria como medida para sacar de cuidados intensivos al centro hospitalario más importante que tiene el Departamento.
Esta intervención –dijo– no vino a hacer ninguna ‘masacre’, porque esta ‘masacre’ estaba hecha. En la medida en que los servicios se reactiven acudiremos a esas personas que venían desempeñándose en una determinada función, en el momento que se requieran. Ya estamos realizando la base de datos para cumplir eso', precisó.
Expuso que la disminución del personal es producto de las evidencias que encontró la Supersalud en cuanto al manejo de la planta laboral, que tenía 202 empleados de más que hacían parte de bolsas de empleo que funcionaron hasta antes de la intervención.
Citó como ejemplos que en la parte asistencial había 389 trabajadores, y la capacidad de la institución es de 301; la parte administrativa tenía una nómina de 217 trabajadores, mientras que la real es de 114. 'Encontramos personas vinculadas con contratos, más allá de lo que se necesitaba. No hemos llegado a generar caos, pero nos vamos a quedar con justamente lo necesario', señaló.
Guardo explicó que el recorte de los 191 trabajadores representa un ahorro mensual para el hospital de 629 millones de pesos, lo que suma 7.548 millones de pesos al año.
'No vinimos a hacerle favores a nadie, que no lo insinúen, es simplemente un tema de sostenibilidad de la empresa', dijo el agente interventor.
Sobre el grupo de embarazadas que fueron desvinculadas, respondió que hasta el martes, sus patrones fueron bolsas de empleo.
A esta crisis del Hospital San Jerónimo de Montería se suma la del Hospital Universitario de Sincelejo y la Unidad Materno Infantil que suspendieron el servicio de urgencias (ver nota adjunta).