Compartir:

Rara vez el rol y la popularidad de las primeras damas están desconectados de las decisiones políticas que toman sus cónyuges, los jefes de estado. Por eso Melania, a pesar de ser una figura tan mediática y haberse convertido tempranamente en un irrefutable símbolo de estilo, dista de distinguirse como una de las mejores en su cargo.

Pero muy a pesar de su previa familiaridad con la industria de la moda y el vaivén de galas en las que se movía mucho antes de que su marido llegase a manejar el país, una vez el republicano fue elegido Presidente de los Estados Unidos, gran parte de esa misma industria le dio la espalda. Así comenzó su periodo.

Una cantidad de diseñadores de todas partes, en su mayoría norteamericanos, se negaron a vestir a Melania Trump desde un principio. Algunos creativos como Tom Ford, Zac Posen, Phillip Lim, por nombrar solo algunos de la extensa lista, les cerraron las puertas de sus casas de moda por la mala percepción que tenían de su marido, Donald Trump. Precisamente Marc Jacobs expresó públicamente no tener el más mínimo interés en vestirla. 

'Personalmente, prefiero poner mi energía en ayudar a aquellos que serán lastimados por Trump y sus partidarios', estableció el prestigioso diseñador. Del otro lado de la moneda estaban algunos que, a pesar de no estar de acuerdo con las posturas del Presidente entrante en aquel entonces, decidieron no mezclar ambas cosas.

Así lo hizo Diane von Fürstenberg, quien por cierto es muy cercana a los Clinton y quien dijo que 'Melania merece el respeto de cualquier Primera Dama'. Además, añadió que su 'papel como parte de la industria de la moda es promover la belleza, la inclusión y la diversidad', por lo cual no dejaría de vestirla.

Sin embargo, no hay duda alguna de que a la esposa de Donald Trump se le reconocerá por sus vestidos antes, durante y seguramente después de su paso por la Casa Blanca. Vestidos que en más de una ocasión estuvieron cargados de una oratoria con tintes políticos y que en su momento generaron una serie de controversias mediáticas. 

A continuación, rememoramos cinco de esos atuendos de Melania Trump, tal vez la persona a la que más van a extrañar en la residencia presidencial después del 20 de enero de 2021 cuando se posesione el demócrata Joe Biden.

A la Jackie Kennedy

Un vestido azul celeste firmado por Ralph Lauren fue el escogido por Melania Trump para el día en que su marido, el ahora presidente saliente Donald Trump, celebró su investidura. El conjunto, que estilizó con guantes de cuero y zapatos del mismo tono hacía referencia directa al que usó Jacqueline Kennedy Onassis en 1961 durante la posesión de su esposo como jefe de estado. La revista Harper’s Bazaar interpretó en su entonces la elección como una 'declaración implícita de la Primera Dama de su compromiso con esta nueva, digna y tal vez inesperada posición que ahora asume'.

La parka y su desafortunado mensaje

Quizás uno de los momentos más polémicos de Melania Trump en su paso por la Casa Blanca fue cuando en una visita a un centro de detención de miles de niños migrantes y separados de sus padres, en el estado de Texas, usó una parka que decía 'I really don’t care, do you?' (Realmente no me importa, ¿y a ti?). La imagen le dio la vuelta al mundo y generó una ola de críticas por lo que se vio como un mensaje explícito que respondía a las quejas por las políticas migratorias impuestas por su esposo.

El día D

Llegó el tan esperado día de las elecciones en EE.UU. y la Primera Dama acudió a votar en el estado de Florida sin ninguna compañía. Llevaba puesto un vestido veraniego firmado por Gucci. Lo que usó no fue lo que llamó la atención, sino lo que le faltaba. A pesar de que hace tan solo algunos días atrás había estado contagiada de covid-19, ella decidió pasearse por el puesto de votación sin usar mascarilla, algo que provocó indignación.

Derroche y destrucción

En 2017 el devastador huracán Harvey golpeó fuertemente el estado de Texas. Donald Trump asistió al lugar de los hechos para visitar a las víctimas, pero lo que nadie imaginó fue el torbellino de críticas que estallaron cuando a la Primera Dama, quien lo acompañaba, se le vio usando un par de tacones altos en piel de serpiente elaborados por el prestigioso diseñador de calzado Manolo Blahnik.

El debate final

Previo a las elecciones del 3 de noviembre, Donald Trump y Joe Biden sostuvieron el último debate presidencial. Esta vez Melania llevaba un vestido negro con un cinturón delgado del mismo tono, algo que se interpretó como austero para su particular estilo. Sin embargo, esa noche llamó aún más la atención el desplante que le hizo a su esposo con un gesto en el que apartaba enérgicamente su mano de la de él. El video se hizo viral en redes sociales, se volvió tendencia el hashtag #FreeMelania (liberen a Melania) y alimentó los rumores de un posible divorcio.

Por: José Cantillo Ferrer