Si bien es cierto que existen ciertas transformaciones en los cánones de belleza en estos tiempos donde la búsqueda por la aceptación de la diversidad es una lucha constante, aún hay términos que podrían estar intentando cambiar sus significados pero que, a su vez, guardan ciertos estigmas en una sociedad ya acostumbrada a ellos. Así, lo viejo puede ser considerado, todavía, sinónimo de feo, de mal gusto, y para muchos hasta un insulto.
Durante los años 90 se establecieron ciertas pautas estéticas que poco a poco se alejaban de una realidad ineludible. Por esos años, y hasta hace no mucho, estaban en boga artículos de revistas que enseñaban cómo camuflar los signos de la vejez o inclusive 'vencer' las arrugas, como si se tratara de una batalla que los mortales pudiéramos ganar.
Por fortuna, en estos tiempos las reglas del juego están cambiando a través de la inclusión, el empoderamiento y la configuración sobre lo que es bello. En el caso particular de la industria de la moda, el mensaje ha llegado a través del mercadeo y la publicidad, siendo en algunos casos –y casas– un diálogo sincero, y en otros, una imagen provocativa que busca un resultado positivo en el alza de sus ventas. ¿Narrativas falsas? A quién le importa, el debate está puesto sobre la mesa.
Aunque ya se había realizado previamente, en 2015 se puso de moda la adultez como valla publicitaria. La novelista Joan Didion, hoy de 86 años, estelarizó la campaña de Céline, mientras que, en otras firmas como Saint Laurent, Dolce & Gabbana, L’Oreal y Ralph Lauren pasaba lo mismo. Iris Apfel, hoy de 99 años, ha hecho lo mismo para nombres como Kate Spade, Aigner y Macy’s.
La vejez también ha repercutido en la industria del modelaje, que había estado acostumbrada a desechar de cierta forma a sus modelos cuando alcanzaban cierta edad. Hoy, por el contrario, existen agencias que se especializan exclusivamente en el reclutamiento de adultos mayores.
En Rusia existe Oldushka, una popular agencia de modelos fundada en 2011 que representa mujeres y hombres de entre 45 y 85 años de edad. 'Aparecer siendo ellos mismos es un instrumento para luchar contra los estereotipos. Son un ejemplo inspirador para demostrar que es posible lucir bello y tener su edad', declaró en una entrevista para la Vogue estadounidense Igor Gavar, su fundador.
¿Y si es solo un fenómeno pasajero? Quién sabe, pero sigue en alza. Recientemente, una variedad de firmas como Balenciaga y Valentino han sido las encargadas de hacer protagonistas a modelos de avanzada edad a través de sus campañas y desfiles.
Está claro que, además de las innumerables formas y siluetas que van y vienen de una manera fugaz y que rememoran siempre lo antiguo, la ropa no es lo único viejo que está de moda, sino también el aspecto.
Desligarnos del significado tradicional de la vejez será crucial para entender lo que está sucediendo no solo en esta industria, sino también en nuestra sociedad en general. ¿Sigue significando algo pasado de moda y desechable, cuando es lo que estamos usando, viendo y admirando? Por supuesto que no, así que larga vida a las arrugas, larga vida a la vejez. Larga vida a la larga vida.