La sanandresana Laura Archbold no conoció otra forma de crianza que no estuviese ligada al mundo cultural. Creció rodeada de artistas y obras que la motivaban a seguir ese camino. Fue 'su terquedad', como ella define, lo que la alejó de las cámaras y la guió por la academia. Para ella, era fundamental 'estructurar una forma de pensamiento' a través de la educación superior y desistió de su idea.
Y aunque se graduó como diseñadora industrial, regresó, sin planearlo, a la actuación. Fue una conversación con 'la gente indicada, en el momento correcto', como ella define, lo que la llevó a cumplir el sueño de aquella niña de siete años que soñaba con participar en el mundo del espectáculo.
'Ser actriz fue una reafirmación que siempre tuve en el corazón y que hoy día lo sigo reafirmando. Me encantó y me dio duro al principio porque no sabía realmente cómo funcionaba el tema del set, los llamados y los libretos. Fue un tramacazo de entrada, pero fue una gran escuela'.
En 2014 dio sus primeros pasos como actriz en Niche, y Colombia conoció aquella joven de ojos verdes que interpretó a Celmira Lozano. De ahí en adelante la han visto en producciones como La Niña (2016), El comandante (2017), Imposters, (2017), Siempre bruja 2 (2019) y próximamente en la adaptación de Café con aroma mujer que retomó grabaciones luego de un retraso por la pandemia en 2020.