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Ambrosía para el oído. Frescura, renovación en una nueva era de sonidos. Para los que han escuchado la voz de Shonny Rincón danzando con la guitarra de Julián Sarmiento, el hijo del Búho, quizás exagero. Yo no lo considero así.

Definirlos con palabras es aburrido. Su música es su mejor relato, la forma más cercana de conocer su viaje sonoro.

Así las cosas, solo me limitaré a comunicar cosas que ellos me revelaron. Por ejemplo, que oficialmente fundaron su proyecto de parcería en 2017 cuando se fueron de retiro a San Agustín (Huila). Allá, en una casa, en la cima de la montaña que los aceptó, filosofaron sobre la línea conceptual de su música. Allá decidieron que su nombre como banda debería respetar sus individualidades. Shonny seguirá siendo Shonny aquí y en la luna y Julián el hijo del Búho, ya sea sonando una guitarra o aprendiendo a surfear en Pradomar.

Por ahora son Shonny y el hijo del Búho. Hablar del uno sin el otro, al menos por ahora, es imposible. Su primera canción, Encuentros, la lanzaron en el Hotel Majestic en 2019. El resto de la historia se sigue tejiendo.