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Muchos piensan que con solo respirar suben de peso y que, aunque intenten comer balanceado, no ven resultados en sus medidas. Lo que no saben es que ese problema que ven reflejado en la váscula podría estar relacionado con su metabolismo.

La experta en nutrición y dietética Diana De la Ossa define metabolismo como el conjunto de reacciones químicas que tienen lugar dentro de las células del cuerpo para convertir lo que comemos y bebemos en energía y en nutrientes.

'El metabolismo no se prende y se apaga, pues siempre está activo, de lo contrario estaríamos muertos. De hecho, cuando estamos en reposo nuestro cuerpo también necesita de energía para respirar, pensar, y para realizar funciones como la circulación de la sangre y la reparación de las células, así que el metabolismo en todo momento se encuentra activo. El tema es examinar qué proceso dentro de nuestras células se dan o qué es lo que impide que el metabolismo no sea tan eficiente'.

Agrega que cuando se habla de acelerarlo se trata de darle al cuerpo las condiciones básicas que necesita para que pueda convertir los alimentos de una manera más eficiente en energía. Dice que la calidad del metabolismo se da teniendo en cuenta muchos factores, que tienen que ver con el tamaño corporal y la composición de cada persona, así como el sexo y la edad. También recalca que cambia en cada etapa del ciclo vital.

Por su parte el asesor nutricional Criss Rodríguez señala que acelerar el metabolismo hace referencia a la gestión orgánica de todas las funciones del cuerpo para tener mucha más energía y una mayor absorción de nutrientes, a través de la alimentación; de ahí la importancia de modificar los hábitos alimenticios para lograr cambios en la salud y, por ende, en lo físico.

A su vez De la Ossa señala que hablar sobre metabolismo lento como 'culpable de un sobrepeso no sería un mensaje objetivo'. Lo anterior —asegura— obedece a que el metabolismo 'no está detrás del sobrepeso y la obesidad, sino a que es el resultado de las interacciones entre la genética, la conducta alimentaria, la actividad física, el manejo del estrés y el descanso, entre otros factores relacionados a los pilares del bienestar'.

Con el fin de acelerarlo —señala— se le debe brindar a las células las herramientas para que puedan hacer la conversión a energía de una manera efectiva; y es ahí donde entran a jugar un papel fundamental los tres macronutrientes: las proteínas, los carbohidratos y las grasas.

'En ese orden de ideas resulta vital darle a nuestro organismo, en cada uno de esos tres macronutrientes, elementos de calidad como proteína de origen magro o de origen vegetal de buena calidad. Asimismo pasa con los carbohidratos; en la medida en que llevemos a nuestro cuerpo carbohidratos que sean menos hiperglucemiantes, con alto contenido de nutrientes, que contengan fibra, vitaminas, minerales y almidones, las células responderán de una manera adecuada. Lo mismo sucede con las grasas, que indudablemente juegan un papel importante en el metabolismo porque aportan ácidos grasos esenciales'.

Rodríguez coincide con De la Ossa y aconseja poner mayor atención a la proporción, y al manejo y al control de los macronutrientes para lograr la aceleración del metabolismo.

De la Ossa añade que la actividad física también es esencial en el proceso. Explica que esta debe requerir mayor demanda de energía para activar mucho más al metabolismo. En ese orden de ideas, si se busca llegar a ser 'una máquina quema grasa' lo ideal es alinear los factores antes mencionados y cuidar que no haya una sobrealimentación.

'Si estamos en un proceso en el que queremos utilizar las reservas de nuestro cuerpo, que son las grasas, debemos consumir menos energía de la que necesitamos para entrar a un déficit energético o calórico. Ahora, cabe aclarar que también se puede lograr combinándolo con el  aumento de la necesidad energética, a través del ejercicio aeróbico y anaeróbico'.

Aunque el entrenamiento es fundamental, como complemento, Rodríguez indica que ejecutarlo sin tener una correcta nutrición no le aporta en gran medida al metabolismo, de modo que 'seguirá lento'. 'Hacer ejercicio es un plus que le damos al proceso'.

De la Ossa da a conocer que para beneficiar el metabolismo y ver resultados primero hay que moverse, en caso de no hacerlo, se debe tomar el hábito por lo menos durante 10 minutos diarios. Si no se ven resultados recomienda cambiar los estímulos en cuanto a la actividad física y apostarle a los ejercicios de fuerza para que los músculos puedan utilizar las reservas de grasa en estado de reposo.

Recalca que quienes por genética tienen resistencia a la insulina les costará mucho más trabajo acelerar su metabolismo, puesto que las células necesitarán esforzarse mucho más para darle entrada a la fuente de energía principal, que es la glucosa.

'En este caso se necesitará de ayudas; de ahí la importancia de consultar a un experto que analice su caso y sea quien determine si requerirá de medicamentos o no (...) No hay una salida rápida, no hay un solo medicamento o un alimento en específico que acelere el metabolismo, sino el conjunto de factores que permitirá que se encuentre en un estado más eficiente'.

Rodríguez recomienda que aquellos que presenten un metabolismo rápido o lento, busquen asesoría nutricional y empiecen a adoptar una alimentación adecuada. Sintetiza en que tener un metabolismo lento obedece, en gran medida, a los 'malos hábitos'.