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Como expresión dancística que reúne técnica y sentimientos, avalado por una cultura y una identidad, se definen las danzas árabes. Así lo confirma Taty Aisha, maestra y formadora en danzas árabes de la escuela @shamsiabellydance, quien además explica que el concepto debe ser escrito y pronunciado en plural porque involucra a 'todos los países de habla árabe, que son aproximadamente 22, los cuales cuentan con su propio folclor y sus propias danzas'.

'Por ejemplo, en el Líbano se habla de dabke, que es el folclor de esa zona. También se puede hablar del folclor del Golfo Pérsico, que es el khaleege. Ahora, la gente tiene mucha más cercanía con el belly dance, que es el que nosotros llamamos como oriental, una danza que reúne toda la cultura y que realmente es como la mezcla entre lo que tiene que ver con el folclor árabe y las técnicas del ballet contemporáneo llevados al escenario'.

Taty indica que quien desee sumergirse en este mundo deberá aprender sobre la técnica, pues es a través de esta que se logra la interpretación y la ejecución perfecta de cada movimiento. Agrega que cada paso tiene un momento específico en las canciones, de ahí la importancia de estudiar la ritmología, ya que a través de esta se aprende que 'dependiendo del ritmo así será el paso que se deberá ejecutar'.

Explica que para quienes se inicien en el belly dance es esencial que aprendan ciertos pasos básicos como: el hip-drop o golpe y medio (caída de cadera con elevadas), el omi (rotación completa de la pelvis), los camellos (ondulación del torso), el shimmie (vibración) de caderas o de pecho, ochos horizontales y verticales, elevadas básicas de cadera, chassé (movimiento para desplazarse que se hace a tres tiempos en cada pierna), caminata básica, péndulos y giros con los brazos en segunda o en quinta.

En cuanto a la indumentaria, Taty especifica que hay tanto la especial para práctica como la idónea para el escenario. La primera debe ser ropa cómoda, amplia, larga, evitando los blusones anchos; mientras que para el performance —en cuanto a la oriental— la ideal es el vestido estilo cabaret de dos piezas (brasier recamado y faldas vaporosas o anchas, así como las ajustadas de estilo sirena), que recibe el nombre de bedlah, con fajines o caderines. Adicionalmente dice que es recomendable que se trabaje descalzo o con zapatillas que 'no sean muy deslizantes'.

Las danzas árabes, según lo indica la experta, tienen como enfoque las caderas, debido a que la marcación rítmica muchas veces se focaliza en los cortes y en los movimientos que se realizan en esta zona, aunque también el cuerpo en su totalidad suele emplearse en muchos otros movimientos.

Su práctica aporta grandes beneficios, entre los más comunes están: la mejora de la flexibilidad y la autoestima, la exploración del lado femenino, el afianzamiento de la seguridad y la memoria, la liberación del estrés y el fortalecimiento del piso pélvico y de las extremidades inferiores. A su vez, permite la alineación de las vértebras, así que es ideal para quienes padecen de escoliosis. De esta forma, asegura, es indicada para todo tipo de personas, eso sí, quienes están en periodo de gestación o quienes cuentan con más de 60 años deberán tener cuidado con algunos movimientos como son los giros, esto con el fin de evitar que pierdan el equilibrio.

Dentro de los consejos está realizarse todos los días, como mínimo dos veces por semana entre una hora o una hora y 20 minutos. Como toda danza o práctica también requiere de un calentamiento previo de 10 a 15 minutos que dependerá del tema que se vaya a tratar, desarrollándose primero de manera general para luego encauzarlo en uno localizado.

Taty sintetiza en que 'las danzas árabes permiten que las personas tengan una rutina de cardio, además de proporcionarles la desconexión con todo lo que sucede en el día a día'.

Por su parte, Adriana Salazar, bailarina de danzas árabes, explica que la práctica la ha llevado a avivar sentimientos que no creía tener a través de las canciones porque le permite explorar su lado femenino para luego proyectarlo en cada baile que realiza.

A su vez la también administradora de empresas, de 29 años, asegura que este tipo de danzas le otorgan a las bailarinas el hecho de sentir lo que hacen. Esto, sin duda, 'lleva a cualquiera a conectarse consigo mismo, descubriéndose y conociéndose mucho más'.