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Al Junior tuvo que llegar un técnico como Cheché Hernández para que sus jugadores cambiaran el chip y se convencieran de que de visitante también se puede ganar.

Bajo el mando del timonel bogotano, Junior cosechó ayer su cuarto triunfo por fuera de Barranquilla al vencer 2-1 al Once Caldas, en una plaza como Manizales, donde no ganaba desde el 18 de noviembre de 1993 cuando se impuso 1-0 con gol de Miguel Guerrero.

Más allá de los tres puntos, que son valiosos y vuelven a ubicar al equipo barranquillero en lo más alto de la tabla de la Liga Postobón, a cuatro fechas del final, hay que resaltar la forma cómo se consiguió esta victoria, porque hubo varias situaciones adversas como la tempranera lesión que sufrió Sergio Otálvaro; porque Anselmo De Almeida jugó casi todo el partido con algo parecido a un cuello ortopédico luego de sufrir un duro golpe que lo dejó tendido varios minutos en la cancha; porque a los 5 minutos del primer tiempo perdió por expulsión a José Amaya y porque después también perdió por lesión a Norvey Orozco.

Junior se sobrepuso a todo eso y se llevó una victoria luchada, pero merecida, que le permite seguir haciendo la media inglesa al revés, como sentenció su propio técnico en el partido anterior.

El local tuvo un comienzo avasallante y producto de ello se colocó en ventaja al minuto 13 del primer tiempo, luego de una combinación entre Pepe Moreno y Jefferson Cuero. Este último ingresó solo al área y definió con pierna zurda, a un costado de Sebastián Viera.

Junior encontró rápidamente la paridad —un minuto después— a través de un lanzamiento de Sherman Cárdenas para Carlos Bacca, quien entró perfectamente habilitado y se la tocó a Norvey Orozco, que nada más tuvo que tocarla para decretar el 1-1.

Segundos antes de esta conquista, Norvey ya había tenido otra opción, tras previa habilitación de Sherman. Su remate pegó en el cuerpo de Henao.

En la segunda parte, pese a quedar rápidamente en desventaja numérica por la expulsión de Amaya, Junior no se descompuso y se resguardó bien atrás con la entrada de Jossymar Gómez por Cárdenas.

Once Caldas no tenía espacios por dónde penetrar, debido al buen trabajo defensivo del Junior, que aprovechó la oportunidad que se le presentó al minuto 32.

Fue en un tiro libre que ejecutó Jossymar Gómez. El samario soltó un zapatazo difícil para Juan Carlos Henao, que no pudo evitar que se anidara en la red.

Lo que antes parecía utópico, ya se ha vuelto costumbre para Junior. Ganar de visitante ya dejó de ser una asignatura pendiente, ahora lo que queda es refrendarlo en condición de local. Es el momento de dejar de hacer la media inglesa al revés y asegurar la clasificación a los cuartos de final.