Once Caldas puso a la venta, el pasado viernes, la boletería para el juego de vuelta de la final de la Liga Postobón II ante el Junior de Barranquilla.
La afición blanca y, por supuesto, los revendedores, se apoderaron de inmediato de todas las entradas, lo que asegura un lleno absoluto para el juego de hoy, en el estadio Palogrande de Manizales.
El ambiente no ha sido el mejor. La ciudad aún no se repone de los golpes morales que ha recibido este año producto del fuerte invierno que los ha azotado. Los derrumbes han cobrado la vida de muchas personas y han obstruido muchas vías de acceso.
Además, los últimos días han tenido que sobrevivir sin los servicios de agua y gas, los cuales fueron reinstalados el lunes pasado.
Todo esto ha opacado el ambiente futbolero que normalmente vive la ciudad en torno al ‘blanco blanco’ de Manizales.
“Las ventas de camisetas están muy quietas. No hay ambiente de fútbol y eso que es una final. La gente está muy tocada por todo lo que hemos vivido este año. No ha sido fácil. Espero que mañana (hoy) la afición despierte y se muevan las ventas, porque estoy grave”, afirmó un vendedor de artículos alusivos al equipo manizalita, mientras intentaba pelear con el frío tomándose un cálido tinto.
Al igual que en Barranquilla, un sector de la afición se quejó por la forma como los revendedores se apoderaron de gran parte de las entradas a la final. “No es justo que castiguen así a los hinchas. No han aprendido a manejar este tema de la boletería. No es la primera vez que pasa”, aseguró un aficionado que buscaba urgentemente tres entradas a la tribuna occidental del estadio Palogrande.
Pese a la frialdad que se respira entre los manizalistas, lo que sí se informó es que la boletería ha sido vendida en su totalidad y que el estadio se llenará esta noche.
Ayer un sol radiante acompañó el tenue frío que arropó a la Perla del Ruiz. El silencio, la calma y la amabilidad representan a una ciudad apagada en torno a una final de fútbol.
Por William González Badillo
Enviado especial EL HERALDO