Sufridas, como todas las estrellas de Junior, pero esta tiene algo especial, tiene corazón, garra, enjundia, coraje, fútbol. Junior volvió a sobreponerse de todo y gritó a todo pulmón ¡campeón!, porque al final ¡sí se pudo!
Los tiros desde el punto penalti vuelven a darle un título al equipo rojiblanco que venció anoche, desde los doce pasos, 4-2 al Once Caldas en el estadio Palogrande de Manizales.
Giovanni Hernández, Juan David Valencia, Sherman Cárdenas y Luis Páez anotaron por el cuadro barranquillero. Pero la figura, no solo en los cobros, sino durante los 90 minutos fue el arquero Sebastián Viera, quien demostró anoche toda esa experiencia internacional que lo llevó a triunfar en el fútbol europeo.
El portero uruguayo le atajó un penal al delantero John Freddy Pajoy, mientras que el paraguayo Guillermo Beltrán estrelló su lanzamiento en el vertical izquierdo y ahí terminó la historia a favor del conjunto tiburón.
“¡Campeón, campeón, Cristo vive!”, gritaban todos los jugadores rojiblancos en el campo mientras festejaban a rabiar este título que quedará marcado en la historia del club, por todo lo que vivió este grupo de héroes durante este segundo semestre.
EL PARTIDO. Durante los 90 minutos disputados en el estadio Palogrande de Manizales, Junior practicó un fútbol cauto, inteligente, paciente. La experiencia venció a la juventud. Jugadores como Giovanni Hernández, José Amaya y Sebastián Viera sacaron todo de sí y guiaron al equipo al triunfo.
Junior comenzó manejando el balón. Al primer minuto de juego Braynner García probó de media distancia y exigió al arquero Juan Carlos Henao.
Caldas apretó, e impulsado por el apoyo de su público, metió a Junior en su arco y en los primeros 20 minutos creó aproximadamente cinco opciones claras de gol en los pies del paraguayo Jorge Daniel Núñez, la figura del rival; John Freddy Pajoy y Pepe Moreno.
El equipo barranquillero silenció el Palogrande al minuto 12 con un remate de media distancia de Luis Carlos Ruiz que se estrelló en el horizontal.
Junior sobrevivió a los primeros 25 minutos. Se adueñó nuevamente de la pelota y durmió el partido y al rival, que se dejó envolver por ese fútbol paciente e inteligente que practica el visitante.
El ingreso de Jefferson Cuero por Pepe Moreno –salió lesionado– le dio movilidad al ataque del ‘blanco blanco’, pero Andrés Felipe González y Harold Macías controlaron todos los ataques del rival.
Cuando todos daban por terminado el primer tiempo con marcador de 0-0, Once Caldas aprovechó la pasividad de la marca tiburona y anotó el 1-0 parcial al minuto 47 de juego.
Once Caldas cobra un tiro libre de manera sorpresiva, el paraguayo Núñez recibe el balón solo, levanta un centro que sobrepasó a la defensa rojiblanca, Pajoy recibió tranquilo y se la picó suavecito al arquero Sebastián Viera. Fiesta en el Palogrande.
El gol cayó como un baldado de agua fría en todos los integrantes del plantel barranquillero. Todo lo bueno realizado en el primer tiempo se dañó en una jugada aislada donde los tomaron por sorpresa.
LA PARTE FINAL. La etapa complementaria mostró a un Junior maduro, que manejó el juego con fútbol e inteligencia. Al minuto 13 llegó el tanto que finalmente decidió la suerte del juego. Una acción que Junior buscó pacientemente y que encontró gracias a una excelente jugada colectiva.
Se juntaron los Hernández –Giovanni y Vladimir– realizaron dos paredes cortas para que finalmente Giovanni metiera un pase aéreo y dejara solo al delantero Carlos Bacca. El porteño recibió, superó la marca, y casi cayéndose, define ante la salida del arquero Juan Carlos Henao. Silencio en Manizales.
El técnico Pompilio Páez reaccionó y mandó al campo al paraguayo Guillermo Beltrán al minuto 65. Cuatro minutos más tarde, el mismo Beltrán le dio la ventaja parcial al equipo manizalita.
Centro del paraguayo Núñez desde sector izquierdo, Beltrán se libra de la marca de Harold Macías con un salto y cabecea la pelota para ubicarla en un ángulo imposible para el arquero Viera. Un golazo que avivó las ilusiones de la afición blanca.
A partir de ahí el juego fuerte de ambos equipos empañó una final luchada de principio a fin. Junior manejó los ritmos del juego y un inmenso Viera ahogó los gritos de gol de todos los hinchas de la capital caldense.
El juego terminó y nuevamente los penaltis le regalaron una estrella más al escudo rojiblanco. Esta con un sabor especial. “Ahí tienen la estrella, esto es para toda Barranquilla”, dijo en medio de lágrimas un emocionado Cheché Hernández.
Por William González Badillo
Enviado Especial EL HERALDO
Manizales