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Hubo rostros malhumorados. Algunos decepcionados. Otros entristecidos. La mayoría sorprendidos. Pocos en Magangué esperaban la derrota del Junior ante el Real Cartagena. Mucho menos por un marcador tan abultado como un 4-2.

La numerosa hinchada rojiblanca en el municipio bolivarense se dio cita en el estadio Diego de Carvajal para ver ganar al equipo por el que suspiran a través de la radio y la televisión (en la mayoría de las ocasiones).

Ver al club amado en el pueblo era un honor y una oportunidad que nadie se quería perder. Festejar una victoria era la aspiración y prácticamente se daba por descontada hasta que Edwin Aguilar empezó a demostrar que el Real Cartagena también existía.

“No me esperaba esto”, dijo Mario Jiménez, hincha tiburón. Los magangueleños hicieron fuerza por el empate y sufrieron ante cada anotación cartagenera. La frustración por la inesperada caída fue evidente, pero la pasión por el Junior sigue viva.

“Perdimos, pero Junior es Junior y no voy a dejar de apoyarlo”, expresó una adolescente con notable tristeza.