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Mientras el delantero de La Chinita daba muestras de su categoría dentro del gramado del ‘Metro’, a un costado del terreno de juego se encontraba un niño ciego, de 10 años, que seguía el partido, gracias un guía que se lo narraba con un tablero en las piernas. Al finalizar el duelo, el atacante se acercó donde el menor, a quien le había prometido dedicarle un gol, y le regaló la camisa.