Sentado en el comedor del apartamento en el que vive con su novia en la capital del Atlántico, comiéndose una arepa asada con dos huevos y un pedazo de queso, Alfonso Simarra Valdés se enteró de la buena nueva. 'Luis Amaranto Perea me preguntó por ti, me dijo que lo más probable es que llegues a Junior', le dijo Roberto Peñaloza, entrenador del Barranquilla FC.
La emoción inundó de inmediato al defensa central de 21 años de edad. Chao arepa, adiós huevos, nada de queso. 'Se me quitó el hambre y el sueño. No pude dormir', cuenta en diálogo con EL HERALDO.
Alfonso relata que se agarraba la cabeza y se movía de un lado a otro tratando de asimilar la noticia. Abrazó a su novia, miró al cielo, estremeció sus brazos, se sentó, se levantó. 'No sabía ni qué hacer', acepta riéndose.
Después de unos minutos de sorpresa y pulsaciones aceleradas, Simarra respiró profundo y llamó a su madre, Blacina Valdés Salina, para darle la noticia y advertirle: 'Todavía no digas nada que no se ha confirmado'.
'Ella se puso muy contenta y se puso a llorar', apunta Alfonso de la conversación con su progenitora.
Eso fue el domingo pasado cuando todavía no se había formalizado nada. Este viernes ya es una realidad lo que le comunicó a su mamá. Simarra fue transferido oficialmente del Barranquilla FC al Junior y es muy probable que debute ante Envigado, tan solo siete días después de la llamada de Peñaloza.
'Es una felicidad enorme la que siento, era algo que soñaba desde niño, soy hincha de Junior. La noticia me cogió por sorpresa, aunque es algo que yo esperaba porque he venido haciendo las cosas bien. Me he venido preparando para esta oportunidad', comenta con humildad.
LA OPORTUNIDAD
Junior estaba en aprietos para conformar su defensa en la Liga. Las suspensiones de Hómer Martínez, Willer Ditta y Gabriel Fuentes (que juega de lateral, pero en emergencias ha actuado como zaguero) más las lesiones musculares de Jefferson Gómez y Germán Mera, tenían al equipo con un solo defensor central de cara al partido contra Envigado, este domingo a partir de las 5:40 p.m., en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez.
En vista de esa situación, el cuerpo técnico y la dirigencia de los ‘Tiburones’ decidieron echar mano del Barranquilla FC y solicitaron el traspaso de este zaguero cartagenero zurdo, de 21 años de edad y 1,90 de estatura.
'Desde de que me dieron la noticia, cuando me fui a acostar, no pude dormir. Daba vueltas en la cama y pensaba en que llegara el día de la firma del contrato'.
FAMILIA PALENQUERA
Alfonso abrió sus ojos al mundo en Cartagena el 13 de julio de 2000, pero su familia es de Palenque, corregimiento del municipio de Mahates, Bolívar, que fue declarado Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad por ser el primer pueblo libre de la América colonial.
Su padre, el abogado Ricardo Simarra Hernández, nació en Palenque, al igual que la familia de su madre, la cocinera Blacina Valdés Salina, que sí es oriunda de la capital bolivarense.
'Allá hay mucha alegría por esta noticia. Allá son de Junior como en toda la costa', dice orgulloso.
'Desde que me vine a Barranquilla no he podido volver a Palenque, pero allá tengo muchos familiares', añade.
SUS INICIOS
Por su gran estatura, Alfonso Simarra estuvo tentado a convertirse en basquetbolista, pero solo resistió tres meses de entrenamientos con las cestas y la pelota naranja. Su verdadera pasión era el fútbol y comenzó a practicarlo junto a su tío Manuel Valdés en la escuela del barrio Villa Rubia, de Cartagena.
Luego pasó a la Escuela Paraíso Real, con la cual participó en un torneo internacional sub-17 en el que se enfrentó a Junior y comenzó a cambiarle la vida.
'Percy Moncada, que era preparador físico de las divisiones menores de Junior (ahora está en la selección Colombia sub-20) me recomendó. Me probé con Junior a finales de noviembre de 2017. Estuve cuatro días probándome. Me fui para Cartagena y en enero de 2018 me dijeron que viniera', recuerda.
Comenzó a jugar en el equipo sub-20 del Barranquilla FC y luego pasó al cuadro profesional, donde venía siendo el capitán.
'Soy muy bueno en el juego aéreo defensivo, en el duelo uno contra uno. Soy un defensa tiempista, con técnica', expresa con confianza. 'Me hace falta mejorar un poco más en el juego aéreo ofensivo', reconoce.
EXPECTATIVAS
Alfonso Simarra piensa que si no fuese futbolista, tal vez estaría en el mundo de la construcción 'como maestro de obra'.
'Cuando era niño trabajé en una construcción y me quedó llamando la atención eso. También vendía comidas rápidas y chicharrones con yuca en un puesto en una esquina de Cartagena'.
Afortunadamente ha podido avanzar en su carrera deportiva y espera aprovechar con creces el chance que surgió.
'Mi objetivo es ganarme la titular y consolidarme en el equipo. Vengo convencido de que me va a ir bien. Soy un chico que he trabajado bien y me gusta entrenarme bien', dice el admirador de los zagueros españoles Sergio Ramos y Carles Puyol.
Ya entrenó este viernes por primera vez con sus nuevos compañeros y sus nuevos jefes técnicos. 'Todos me acogieron bien, el profe Grau (asistente de Perea) me dijo que estuviera tranquilo que el futbol de la B y la A era prácticamente lo mismo, que me sintiera con confianza'. Éxitos para el canterano.