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Un debut triste y decepcionante nos regaló el Junior en el arranque de la Liga II-2024. Los rojiblancos, que fueron de más a menos en el partido, desaprovecharon una oportunidad única para arrancar con el pie derecho el campeonato, al caer 1-0 ante un Bucaramanga que jugó con 10 hombres desde el minuto 27.

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Fueron 63 minutos donde el actual campeón del FPC solo se dedicó a defender. Eso sí, lo hizo de manera ordenada, con oficio, frenando los embates de un Junior que mostró dos caras, una atrevida y agresiva en la primera parte y una parca y aburrida en la segunda.

Los dirigidos por Rafael Dudamel solo necesitaron de una opción de gol para mandar a guardar el balón y ganar un partido que parecía enredárseles tras la justa expulsión de Edwin Castro en la primera parte.

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Todo estaba dado para que Junior le regalara a su afición un debut victorioso. Los rojiblancos pisaron fuerte de entrada mostrando un fútbol atractivo de la mano de un Roberto Hinojosa inspirado y un Carlos Cantillo atrevido, que estuvo cerca del gol en dos oportunidades.

Junior era superior cuando el rival tenía once jugadores en el campo y también lo fue tras la expulsión, pero carecía de esa claridad que se necesita en la última jugada para transformar el buen juego en goles.

Lo tuvo el ‘Tití’, pero su remate, mano a mano con el arquero, se fue por arriba. Lo intentó Didier Moreno, pero su cabezazo fue controlado por el cancerbero Aldair Quintana. Volvió a insistir el ‘Tití’, pero volvió a fallar con el portero vencido.

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Hinojosa ‘puso a vivir a todos’, pero no hubo respuesta adelante, errando una y otra acción de gol. La última más clara, en los pies del juvenil  Carlos Cantillo, que recibió al borde del área y estrelló su remate en el horizontal, cuando ya estaba a punto de bajarse el telón de la primera parte en el estadio Américo Montanini, ante conocido como Alfonso López.

Pese a lo errático que se mostró Junior en la definición, quedó la sensación que el gol podía llegar en cualquier momento si se mantenía la intensidad. Pero no. Para la segunda parte salió un Junior distinto, sin ánimo, sin garbo, aburrido, triste.

Hinojosa se apagó y con él se fueron todos, porque más nunca Junior volvió a llegar con peligro. Un remate de Víctor Cantillo y pare de contar.

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Bucaramanga, que tenía como prioridad aguantar el empate, teniendo en cuenta que tenía un hombre menos, se fue envalentonando y en la única que tuvo en todo el partido se marcó un golazo que acabó con el juego.

El venezolano Andrés Ponce recibió en un costado del área y sacó un latigazo a un ángulo, que dejó enterrado al arquero Jefferson Martínez, para poner a festejar a un estadio vacío (producto de la sanción que cumple el equipo leopardo por la invasión al campo en el juego de ida de la final del semestre anterior ante Santa Fe).

Con el partido perdido se esperaba una reacción inmediata de un Junior tocado, pero ni eso hubo, porque los rojiblancos no se asomaron con peligro por los predios defendidos por el arquero Aldair Quintana.

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Reyes movió el banco pero no encontró respuesta en ninguno de los que ingresaron.

A este equipo de Reyes le faltó lo que tanto les pidió el accionista Fuad Char el día de la presentación del equipo en el Dann Carlton: más empuje, más ganas, más garra, más carácter.

Triste debut, porque se pierde un partido demasiado ganable.