Pudo ser mejor el resultado. Mucho mejor. Muchísimo mejor. Junior perdonó demasiado a Colo Colo y terminó perdiendo 1-0, en la noche de este martes en el estadio Monumental David Arellano, de Santiago de Chile, en el partido de ida de los octavos de final de la Copa Libertadores.
Un descuido, tal vez el único grave de Emanuel Olivera en todo el compromiso, les costó la derrota a los ‘Tiburones’ en territorio austral. Vicente Pizarro, al minuto 75, remató con la puntería y fortaleza que les faltó a José Enamorado y Carlos Bacca para aprovechar dos inmejorables situaciones de gol que tuvieron en el período inicial.
Colo Colo, como era de esperarse, tomó la iniciativa del juego y trató someter a Junior desde los primeros minutos, pero realmente solo hubo un susto en el área de Santiago Mele: un centro desde la derecha al que Lucas Cepeda llegó tarde y no alcanzó a rematar con un ángulo fácil.
Cepeda fue el reemplazante de Arturo Vidal, quien se resintió de su lesión en el calentamiento y tuvo que salir de la formación inicialista anunciada oficialmente por el cuadro chileno.
Después de esa acción de Cepeda, la posesión del ‘Cacique’ resultó completamente estéril. En medio de forcejeos, roces, rencillas, reclamos, constantes faltas e interrupciones, en las que el árbitro Wilton Sampaio se comportó de forma drástica y disparó amarillas cual pistolero, el juego transcurrió sin padecimientos en la portería visitante. Sin muchas emociones en las áreas realmente.
Junior estaba cómodo con su plan y el 0-0. Ni siquiera las amonestaciones que repartió el juez brasileño amansaron los ímpetus rojiblancos en las labores de contención. Todos estaban concentrados. Andrés Colorado, que vio el cartón amarillo, apenas a los 3 minutos, supo darle manejo a esa presión en su rol de recuperador.
El planteamiento defensivo diseñado por Arturo Reyes, con un Jermein Peña ecualizado y serio, mantenía a raya al adversario y Junior, a pesar de que le costaba retener por largo tiempo el esférico, fabricó las mejores opciones de gol del juego.