Gustavo Cuéllar, figura del Flamengo, y Vladimir Hernández, exjugador del Santos, son dos de los exjunioristas que conocen muy bien el gramado sintético del Arena da Baixada de Curitiba, casa del Atlético Paranaense, rival de Junior en la final de la Copa Sudamericana.
Tanto el barranquillero como el araucano le dan el visto bueno a la cancha, pero dan sus recomendaciones para que la adaptación a ella sea rápida y sin complicaciones.
Si hay algo que ambos destacan es que el gramado se presta para jugar bien al fútbol. 'Es un sintético diferente al tradicional que todos conocemos, este es muy parecido a un gramado real, por eso deja jugar muy bien. Para mí es una cancha buenísima', manifiesta Vladimir, quien hoy pertenece al Atlético Nacional.
Cuéllar, por su parte, reconoce que a los visitantes les toma unos minutos para adaptarse a ella. 'Los primeros 20 minutos en esa cancha son duros, porque no es habitual jugar en sintético, a pesar que este es muy bueno. Ya después de ese tiempo el jugador se adapta y la cancha termina siendo un tapete donde se juega sabroso. A mí me gustó mucho y me sentí muy cómodo en ella', asegura el exjuniorista.
¿Qué precauciones tomar? Vladimir asegura que los guayos son claves para sentirte cómodo en el gramado del Arena da Baixada.
'Es una cancha rápida. Hay que tener mucho cuidado con los tacos, porque resbala un poco. Antes de jugar hay que reconocerla muy bien, para que vean que guayos tienen que usar. Cuando yo jugué ahí nos recomendaron usar tacos de aluminio y me fue bien con ellos', dijo.
Cuéllar, por su parte, advirtió de dos aspectos a tener en cuenta. 'El balón no salta mucho, pero si pica se desliza muy rápido. El Paranaense tratar de asfixiar a los rivales de entrada, intentando hacer daño en esos minutos de adaptación. A este Junior le puede venir bien, pero esos primeros minutos van a ser duros. Hay que estar muy atentos', concluyó.