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Nada que mejora. Junior sigue naufragando con su fútbol 'con trabajos de alta carga cognitiva', según Luis Amaranto Perea, pero de baja calidad y pobres resultados. La noche del viernes solo le alcanzó para empatar 1-1 ante Atlético Bucaramanga, en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez, en la undécima fecha de la Liga.

Brayan Fernández, al minuto 36, superó el saltico de Jefferson Gómez y con un cabezazo descorchó el marcador a favor del visitante. En el segundo tiempo, al minuto 64, Miguel Borja, de penalti, selló la igualdad.  

El primer tiempo rojiblanco fue más de lo mismo. Un equipo sin claridad, sin imaginación, plano, predecible, totalmente controlable.

Un pelotazo largo de Sebastián Viera al que llegó Carmelo Valencia a través de su velocidad, para luego definir sin dirección, fue lo más peligroso que generó el conjunto tiburón en toda la etapa inicial.

El Bucaramanga, con una ordenada doble línea de cuatro y relevos oportunos, contuvo la fría propuesta ofensiva del local y hasta se puso en ventaja a través del cabezazo de Fernández ante la errónea marca de Gómez.

El delantero amarillo aprovechó un centro del cartagenero Álvaro Meléndez, que fue el hombre que más inquietó a la zaga tiburona con sus fugas por la banda diestra.

Los dirigidos por Luis Amaranto tenían el balón, pero carecían de profundidad, penetración y sorpresa. Una posesión estéril.

Tampoco salía a flote el coraje y la garra como tabla der salvación a la terrible escasez de fútbol.

Sin brújula y sin faro para encontrar el camino hacia el gol, Junior deambulaba en un mar de pasividad e imprecisión ofensiva.

Carmelo, que por sí solo no tenía la capacidad para crear situaciones ofensivas, terminó huérfano de asistencias.

No obstante, ya en el segundo tiempo, el chocoano contó con una clara oportunidad para empatar que increíblemente mandó por arriba del larguero.

Las debilidades individuales de Valencia y de otros jugadores rojiblancos no eran el único problema. Junior se mantenía con las falencias colectivas que lo han acompañado en lo que va del año. El ingreso de Willer Ditta, que llevó una inyección de vigor, y Miguel Borja, que generó opciones con su potencia, mejoraron el semblante rojiblanco, por lo menos desde la fuerza y la lucha. Edwuin Cetré Luis ‘Cariaco’ González también ingresaron con algo de picante y contribuyeron en la reacción anfitriona. 

Seguían faltando ingenio y neuronas, pero al menos había una cuota de testosterona y Bucaramanga no se volvió a acercar con peligro a la cabaña de Viera. Lamentablemente solo alcanzó para empatar. Nada más. Perea y el equipo siguen en una situación cada vez más embarazosa.