La defensa, lo que había sido su orgullo y su fortaleza en la fase regular de la Liga Águila II, de hecho es la menos vencida, bajó la guardia en el comienzo de los cuadrangulares semifinales y Deportes Tolima, que fue más certero y resistente físicamente, se impuso anoche 3-1 en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez. Ánderson Plata puso en ventaja al club ibaguereño, al minuto 10. Luis Narváez, a los 40, conquistó la igualdad. Pero en el tramo final del juego, Juan Pablo Nieto (76) y Álex Castro (78) anotaron, noquearon al ‘Tiburón’ y sentenciaron la victoria.
Tolima sorprendió a Junior en el arranque del partido. Apenas el árbitro sonó el pitazo inicial, se apoderó del balón y salió decidido a buscar la portería de local. En el primer minuto ya Sebastián Viera se había ensuciado el buzo y había rescatado su arco ante un frentazo de Jorge Ramos. Contrario a lo que suelen hacer los equipos que visitan al Junior, que es resguardarse en zona posterior, el cuadro pijao planteó el partido de tú a tú. Y la pulseada la iba ganando con su habitual fuerza, con presión, con velocidad y habilidad.
Junior no agarraba la pelota y cuando la tenía, la perdía rápidamente por imprecisión propia o acoso del rival. En medio de esa confusión futbolística del local, que tal vez no contaba con la osadía de Alberto Gamero y sus pupilos, la hinchada en la tribuna sufría el partido. Se veía venir la anotación vinotinto y llegó en los pies del cesarense Ánderson Plata, que aprovechó un pase largo, superó en velocidad a Gabriel Fuentes y definió por encima de Viera.
El uruguayo, que había salvado su portería un par de veces, tuvo oportunidad de reaccionar y evitar que la pelota traspasara la raya de gol, pero en su retroceso y desesperó por capturar el balón no fue lo suficientemente ágil para rescatarlo.
El desconcierto se mantuvo unos minutos más hasta que poco a poco, Junior, con más ganas que claridad, se fue sacudiendo del dominio visitante. Edwuin Cetré, Teófilo, Hernández, Daniel Moreno y Piedrahíta comenzaron a aparecer con garra y algo del toque-toque acostumbrado.
En una de las acciones colectivas, Hernández cayó en el área cuando disputaba el esférico con Julián Quiñones y el árbitro sancionó el penal con el cual Narváez consiguió el empate. La paridad fue en el marcador y en el trámite del juego. Tolima sintió el desgaste de su esfuerzo inicial y reculó ante el despertar anfitrión.
En el segundo tiempo, Junior ingresó como terminó el primer periodo, enérgico y decidido. De hecho estuvo a punto de poner el tanteador 2-1 en una acción que Hernández estrelló en el travesaño y en una jugada en la que Daniel Moreno no centró (hacia Teo solitario) ni pateó al arco.
Julio Comesaña, que trató de ser más punzante con el ingreso de Yohandry Orozco en lugar de Hernández, fracasó en el intento y su escuadra se fue enfriando.
En un momento en el que los dos equipos habían perdido oxígeno y se vislumbraba la igualdad, Junior se descuidó y Tolima lo noqueó. Dos jugadores que Gamero incluyó para refrescar su onceno, le armaron en un saque de banda el gol que significó el 2-1. Albornoz, en la primera pelota que tocaba, centró para Nieto y el volante antioqueño perforó la resistencia rojiblanca.
Dos minutos después, Cantillo, que jugó un pésimo partido y terminó sin piernas, perdió una pelota en salida ante Álex Castro y el zurdo le puso la lápida al juego. Ya le había pasado lo mismo en la jugada que derivó el saque de banda del segundo tanto.
Junior quedó en la lona y en los 10 minutos finales no fue capaz de luchar siquiera por el descuento. Bajó la guardia y lo pagó caro.