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Muchas cosas han cambiado. Ya no están las tribunas de ‘Vietnan’ (sur) y ‘Corea’ (norte). Tampoco se escucha la voz de trueno de quien las bautizó, Édgar Perea Arias (q.e.p.d.), ni de quien entrevistaba a todos, Fabio Poveda Márquez. Ya no es Martín Cañate quien cuida la cancha. Ya no es ‘Hablando Armando’ el que vende y lanza las butifarras. La joven cumbiambera que bailaba imparable en la gradería de sombra ya debe ser una abuela.

Ya no aparecen en la cancha Dulio Miranda y Gabriel Berdugo brindando un recital de botín a Willington Ortiz, ya no es Juan Carlos Delménico quien vuela de palo a palo y abandona el arco para hacer sus ‘locuras’. Ya no están Dida o Víctor Ephanor con su ‘jogo bonito’. Ya no existe Piolindo, tampoco el Ley. Desapareció el amplio parqueadero y surgió la estación de Transmetro. Ya no es el único plan dominguero de la ciudad y ya no genera kilométricas colas desde las 10 de la mañana. Los arcos ya no se ubican hacia la 72 y la 74, ahora están hacia la 46 y la 44. 

Es otra Barranquilla, es otro Junior y es otro estadio, pero la nostalgia por todas aquellas recordadas escenas que se rodaron antes, durante y después de los añejos partidos del cuadro rojiblanco en el Romelio Martínez, se hace inevitable y las imágenes vuelven a salir a flote ahora que los Tiburones retornan a su primera casa para enfrentar al Deportivo Pasto, hoy, a partir de las 5:15 p.m., en la segunda fecha de la Liga Águila II.