No fue capaz. De nada sirvió la motivación de depender de sí mismo y el plausible y decidido aliento de su hinchada, a Junior le quedó grande vencer al Deportivo Pereira y echó por la borda la mejor posibilidad para clasificar a los cuadrangulares semifinales de la Liga, un objetivo que está bastante embolatado y dependerá de su triunfo en su visita al Huila y de resultados de terceros.
Ya no se encuentra en sus manos la entrada a los ocho mejores porque los dirigidos por ‘Bolillo’ Gómez carecieron de plan de ataque. Nunca se entendieron, jamás coordinaron. Solo impotentes aventuras individuales sin resoluciones hábiles, inteligentes y certeras.
La etapa inicial fue escasa en emociones. Junior, que le cedió la iniciativa al visitante, tenía dificultades para hilvanar jugadas ofensivas. Hasta salir de su área le costaba con Iván Scarpeta y Federico Andueza al borde del abismo en cada acción y pelota que tocaban.