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El primer grito de aliento sale de la garganta de Germán Mera. '¡Hay que ganar! ¡Sabemos que hoy hay que ganar hermano!', expresa el defensor a sus compañeros a todo pulmón. 'Esto es Junior, y el que no crea, ¡que se baje del barco!', añade el vallecaucano.

'Los equipos grandes se ven representados en este tipo de competencias, ¡esto es prestigio señores! ¡Este equipo tiene prestigio y hay que defenderlo!', predica el técnico Luis Amaranto Perea en medio de sus dirigidos.

En el mismo círculo que mezcla jugadores, entrenadores, médicos, kinesiólogos, utileros y hasta el presidente del club, Alejandro Arteta, Sebastián Viera toma la vocería y exclama con absoluta energía: '¡Todo lo que hablamos, a hacerlo! ¡A todo lo que nos comprometimos, a hacerlo! No tenemos margen de error, no tenemos más, ¡no regalemos un tiempo! ¡Nada! ¡Ni cinco minutos! ¡Nada!... ¡Vamos con todo!'.

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Todo ese entusiasmo, vigor y motivación surgieron en el camerino de Junior minutos antes del juego ante Caracas FC, en la capital de Venezuela, el pasado 10 de marzo. Allá, en territorio caraqueño, en ese choque inicial de segunda fase que ganaron los rojiblancos 2-1, comenzó el camino hacia ese sueño llamado Copa Libertadores 2021.