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Alicia de Burgos sufre de incontinencia urinaria, una enfermedad que le impide la retención de la orina. Hace dos años, Burgos conoció que la aplicación de la toxina botulínica, conocida como botox, sirve para aliviar los síntomas de esta patología.

Cuenta que anteriormente había usado otro tipo de tratamiento, pero 'este mejoró mi calidad de vida', pues los resultados fueron más favorables.

La aplicación de la toxina consiste en la inyección de la sustancia en varias partes de la vejiga, lo que produce un 'efecto de relajación en el músculo', según indican expertos.

De acuerdo con Burgos, el movimiento de su vejiga se presenta cada 20 minutos, momento en el que debe ir al baño. No obstante, la aplicación del botox le ha permitido prolongar este tiempo de espera hasta por tres horas.

Sin embargo, Alicia está a punto de comenzar un nuevo tratamiento, en vista de que el efecto –afirma– solo tiene una durabilidad de 8 meses. Asimismo, recomienda que quienes padezcan la enfermedad acudan a un especialista, pues previamente debe practicarse una serie de exámenes.

Otros beneficios

Aunque la toxina botulínica es conocida como un tratamiento estético para el rejuvenecimiento de la piel, con la disminución de las líneas de expresión, lo que algunas personas desconocen es que este medicamento tiene otros usos terapéuticos.

La sustancia consiste en facilitar el debilitamiento o bloqueamiento de las señales nerviosas, principales responsables de la continua contracción de los músculos. Para llevar a cabo el tratamiento, los expertos aplican inyecciones sobre las zonas que desean intervenir y en la que se esté presentando la afectación.

La doctora Carolina Severino, especialista en medicina estética, explica que de este modo el botox puede favorecer tratamientos contra la migraña crónica, la distonía cervical (tortícolis), el bruxismo (rechinar los dientes), la hiperhidrosis (sudoración excesiva), el estrabismo y la incontinencia urinaria.

Estos síntomas –indica Severino- pueden ser controlados con la toxina, debido a que 'el origen de estas patologías se debe a una hiperactividad muscular'.

Por lo tanto, la experta en este tipo de medicamentos precisa que a través de su implementación se 'inhibe la liberación de acetilcolina a nivel de las terminaciones nerviosas, generando una denervación química localizada'.

Sin embargo, también precisa que el efecto es temporal y reversible, por lo que puede desaparecer progresivamente a partir del tercer o cuarto mes.

En cuanto a los efectos contraproducentes que podría causar el constante uso de esta sustancia, Severino afirma que 'lo que puede ocurrir es que, al aplicarlo en altas cantidades, el organismo genere anticuerpos y el efecto se vea disminuido'.