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Una investigación de la Universidad Nacional y el Instituto Distrital de Ciencia, Biotecnología e Innovación en Salud (Idcbis), permitió evidenciar que a través de células madre extraídas del cordón umbilical se podría formar cartílago para emplearlo en el tratamiento de enfermedades degenerativas como osteoporosis y artrosis.

'Los extremos óseos que se unen para formar las articulaciones están recubiertos por cartílago que se puede desgastar cuando se presentan enfermedades como la artrosis, motivo por el cual se comienza a presentar dolor y rigidez en estas zonas', explicó Ana Isabel Ramos, investigadora y candidata a doctorado en Ingeniería Química.

El grupo de investigación, dirigido por el profesor de la Universidad Nacional Rubén Darío Godoy, cultiva estas células en un soporte de plasma humano proveniente del mismo paciente para poder crear el tejido a reemplazar, de esta forma las células madre que se extraen de la pared del cordón umbilical se pueden convertir en células capaces de formar cartílago.

De acuerdo con los investigadores, para el cultivo de las células madre se emplea un medio elaborado con agua estéril, sales y una serie de nutrientes o factores de crecimiento que les permiten crecer y multiplicarse a través de una modificación temporal.

'En estos momentos hemos logrado modificar las células madre para que expresen una proteína llamada verde fluorescente, lo que nos permite visualizarlas con facilidad en el microscopio', resaltó la investigadora.

El siguiente paso que realizaron en la investigación es cambiar esa proteína verde por una que favorezca la transformación de las células madre en condrocitos encargados de formar cartílago.

Luego de tener las células madre modificadas se siembran sobre un soporte que pueda ser implantando en el paciente, que para este caso ha sido desarrollado a partir de plasma humano crioconcentrado, que es rico en fibrinógeno, proteína que se encuentra en la sangre y que a su vez se transforma en fibrina, otra proteína que permite la coagulación cada vez que se produce un corte.

'Gracias al fibrinógeno se forma una malla capaz de cerrar la herida y evitar que la persona se desangre, para replicar este proceso fuera del paciente se retiran las plaquetas y los glóbulos rojos y blancos de la sangre del donante, de manera que solo quede el plasma para luego someterlo a un proceso de crioconcentración a una temperatura de -80 oC, y después centrifugarlo para obtener una mayor concentración de proteínas', aseguró Ramos.

A partir de esta técnica y con la adición de calcio se logra obtener un gel que por sus condiciones de gran maleabilidad y resistencia puede ser manipulado con facilidad para utilizarlo en procedimientos quirúrgicos para tratar algunas enfermedades osteoarticulares.