'Sin reconocer qué es real y con el sentimiento de que lo cotidiano es un problema', Juan García* ha enfrentado su vida desde el 2006. Luego de ser remitido a un psiquiatra por constantes episodios de agresividad, insomnio y depresión en su trabajo, este hombre de 48 años fue diagnosticado con trastorno bipolar.
'Esta es una enfermedad de origen genético que tiene su principal manifestación en los estados afectivos de la mente', explicó el psiquiatra adscrito a la Clínica Portoazul, Juan Camilo Salive.
Juan, a raíz del trastorno y de la artrosis discal degenerativa que se le diagnosticó tiempo antes por 'trabajar 12 horas diarias' en una empresa de refrigeración, intentó suicidarse con una sobredosis de medicamentos, por lo que fue internado en un centro de reposo mental, de donde huyó a los ocho días.
'En un momento me volví muy agresivo por no tener sustento para mi familia, empecé a sufrir de insomnio y me alteraba. Mi aspecto personal cambió muchísimo, parecía un loco de la calle, como si consumiera drogas (…) Huí del centro de reposo porque me hacían falta mis seres queridos y estar ahí es como estar preso', expresó Juan.
Luego de esta decisión y 'para colmo de males', a su regreso se enteró de que su esposa, con la que llevaba conviviendo 13 años, lo traicionaba. En ese momento —a conciencia— entendió que requería medicación y tratarse la bipolaridad en el lugar del que había escapado tiempo atrás.
Juan debe asistir a una cita con su psiquiatra, por lo menos una vez al mes, pero por el 'mal funcionamiento' de su entidad prestadora de salud, desde hace más de un año no recibe medicación ni seguimiento.
Según datos del 2017 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), como a Juan, el trastorno afectivo bipolar se le ha diagnosticado al menos a 60 millones de personas en todo el mundo.
Personalidades influyentes como la cantante estadounidense Mariah Carey, con más de 200 millones de álbumes vendidos, han revelado que sufren de esta enfermedad. A la artista, por ejemplo, le diagnosticaron el trastorno bipolar en 2001 cuando fue hospitalizada después de una crisis nerviosa, según se publicó en la revista People. Carey también le dijo al medio de comunicación que ahora está en terapia y tomando medicamentos para la enfermedad.
Otra famosa que ha sido noticia por su condición mental es Britney Spears. En el documental I Am Britney Jean confesó que padecía de trastorno bipolar por lo que se 'convertía en una persona diferente' de un momento a otro.
El especialista Juan Camilo Salive mencionó que la mayor parte del tiempo, una persona con el trastorno tiene un tono afectivo característico de su personalidad y 'cuando la enfermedad se activa, el paciente presenta los síntomas de origen depresivo, que perduran por más de una semana manteniendo un afecto triste'.
'No tiene disfrute por sus actividades, tiene un patrón de sueño irregular, disminuye su alimentación y empiezan pensamientos como que el mundo es malo (…) llega la culpa y una apropiación negativa de todo lo que está pasando', explicó el galeno.
Por su parte, el psiquiatra Rommel Andrade explicó que los pacientes normalmente tienen familiares que sufren de la enfermedad. 'El trastorno se caracteriza por episodios donde hay síntomas maniáticos y depresivos que se presentan con regularidad dependiendo de cuánta carga genética tiene la persona, cuánto se haya demorado el diagnóstico e inicio del tratamiento y qué tan adherente es el paciente a este'.
¿Qué siente?
En la fase inicial de la enfermedad, según Salive, el 90% de los pacientes no se dan cuenta que su vida está cambiando porque su sistema de consciencia se involucra con el trastorno, 'cuando están tristes sienten que tienen la culpa de todo, a veces lo comentan por eso puede creerse que es una depresión normal. Cuando están en el polo de la manía o de la exaltación sienten que su conocimiento es profundo y que tienen razón en todos los temas. Llegan momentos en que sus pensamientos son tan delirantes que tienen conexiones con Dios, inventan cosas, tienen una actividad sexual desenfrenada y son obsesivos'.
'Durante las crisis, las personas pueden ser más impulsivas e irritables (…) no son peligrosas pero el riesgo está latente. Hay estudios que demuestran que el riesgo de hacerle daño a una persona es igual en gente que tiene la enfermedad mental como para las que no, sin embargo la conducta suicida se intensifica en las que tienen trastornos afectivos', expresó Rommel Andrade.
En este caso, la familia se da cuenta de que el enfermo no está actuando según su personalidad por eso comienzan a tener acercamientos clínicos. Salive también comentó que en la etapa de la adolescencia es más probable que inicien los síntomas de la enfermedad, incluso desde niños suelen presentar periodos de sueño irregular, impulsividad, dificultad en el control de las emociones e irritabilidad.
Durante los episodios de manía, según la OMS, los pacientes presentan un estado de ánimo exaltado o irritable, hiperactividad, verborrea, autoestima elevada y una disminución de la necesidad de dormir.
'Las personas que presentan solamente episodios maníacos y no sufren fases depresivas también se clasifican dentro del diagnóstico de trastorno bipolar', refiere la OMS en un comunicado.
Por otra parte, la gente que tenga una carga genética considerable y vive algún evento vital que sea determinante o un episodio traumático, por ejemplo un cambio de trabajo, un aumento en el sueldo, el nacimiento de un hijo, la muerte de un familiar, la violencia sexual etc., pueden desencadenar el trastorno.
'Si una persona vivió alguno de estos eventos y tiene la codificación genética acorde al trastorno, es muy alta la probabilidad de que se exprese y que se desarrolle la enfermedad', recalcó el psiquiatra Salive.
¿Quién es y quién no es?
Entre un grupo de amigos se ha vuelto usual escuchar en broma que se señala a una persona como bipolar porque se contradijo en una afirmación o tuvo un cambio de ánimo repentino. Ante esto, el especialista Andrade expresó que por lo general cuando usan este tipo de terminología se refieren a personas que tienen dificultades en tomar decisiones o que no son coherentes en lo que dicen y hacen, pero para considerar la enfermedad 'la persona tuvo que tener un episodio depresivo mayor o pérdida del placer de cosas que antes hacía, entre otros síntomas físicos, corporales y cognitivos'.
También el trastorno bipolar se confunde con otras enfermedades mentales como por ejemplo la esquizofrenia, que según los expertos se asemejan en que los pacientes presentan síntomas psicóticos o alteraciones del pensamiento, pero la principal diferencia entre estas es que 'la esquizofrenia es una enfermedad que predomina en la función del pensamiento por lo que a veces el afecto no existe y la bipolaridad es una enfermedad que funciona en predominio del afecto', dijo Salive.
En este aspecto, Andrade explica que trastorno afectivo 'tiene efectos sobre el estado de ánimo de las personas'.
Tratamiento
La enfermedad puede ser tratada con tratamiento farmacológico y psicoterapéutico por un psiquiatra 'para que la persona tenga una vida normal', pero no se puede curar, según comentó el psiquiatra Juan Camilo Salive. El especialista explicó que la probabilidad de que se desarrolle la enfermedad es menor cuando una persona tiene su personalidad 'formada' y se encuentra en un ambiente psicosocial saludable. Una de las moléculas considerada efectiva para este tratamiento, según el Salive, es el litio .
'Este elemento favorece a que el metabolismo cerebral, para estas personas, funcione de la manera más adecuada. Lo que queremos con el litio es que estabilice las acciones del cerebro para llegar a un determinado proceso', mencionó.
La OMS dispone de medicamentos que estabilizan el estado de ánimo 'con los que se puede atajar eficazmente las fases agudas del trastorno bipolar. Además, el apoyo psicosocial es un elemento esencial en el tratamiento'.