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Mary le puede preguntar por su película favorita, si cree que hay vida después de la muerte o cómo ha sido su día; también puede ir más allá e indagar por sus hábitos de sueño, si se siente frustrado o por recientes dolores de cabeza. Ella entabla conversaciones con usted, y también le puede brindar un consejo, anota todo lo que dice su interlocutor y lo guarda en caso de que alguien más lo necesite. 

Tiene cara, aunque esta solo se puede ver en una pantalla –pronto podrá ser más real teniendo ‘piel’–, cuenta con voz, aunque con acento español, y entiende perfectamente cuando le habla alguien del Caribe colombiano. 

Se trata de un software dotado de inteligencia artificial que permite interactuar con las personas y ayudar a una impresión diagnóstica de depresión y ansiedad inicialmente, porque a futuro podría colaborar en temas de matoneo o conductas suicidas, por ejemplo. Mary es una herramienta para los médicos. 

Su casa por cuatro años ha sido Macondo Lab, donde ha tomado forma y ha llegado hasta este punto, el de evaluación. Sus tutores han sido Reynaldo Villarreal, director del laboratorio de prototipaje Macondo Lab; Juan Pablo Pestana, asesor técnico; y el médico Isaac Kuzmar, PhD en Ciencias de la Salud, máster en Nutrición Clínica, investigador senior de Colciencias y profesor investigador de la Universidad Simón Bolívar. El conjunto perfecto para que Mary, cuyo nombre fue escogido para 'generar cercanía', haya visto la luz.

'Antes habíamos desarrollado un tema de inteligencia artificial y el doctor tenía un algoritmo de telemedicina. Los mezclamos y resultó Mary', explicó Villarreal.

La depresión es definida por la Organización Mundial de la Salud como un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración.

Los resultados del Estudio Nacional de Salud Mental en Colombia, publicado en 2003, muestran que alrededor de ocho de cada 20 colombianos (alguna vez en la vida), tres de cada 20 (en los últimos 12 meses), y uno de cada 14 (en los últimos 30 días) presentaron trastornos psiquiátricos. 

Por tipo de trastornos, los más frecuentes fueron los de ansiedad (19.3% alguna vez), seguidos por los del estado de ánimo (15%) y los de uso de sustancias (10.6%). 

Mary, explica el médico, tiene un manejo científico detrás, un algoritmo basado en estudios certificados. 

'La ansiedad y depresión está en aumento a nivel mundial y está infradiagnosticada. Con esto queremos dar una herramienta útil a los médicos para que sea una orientación a un diagnóstico, tratarlo previamente y no llegar a un desenlace fatal', señala Kuzmar. 

Mary utiliza muy bien el algoritmo, permite respuestas de sí y no y se acomoda a otras como claro, por supuesto o así es. Sus creadores aclaran que el software no da el diagnóstico porque no es médico, pero sí puede dar la impresión diagnóstica.  

'Los problemas de los bots – que son programas informáticos que realizan de forma automática acciones repetitivas– en tema de conversación siempre han sido los reconocedores de voz, por eso con este proyecto teníamos que esperar en trabajar mucho mejor el reconocimiento. Tenemos algoritmos de Google y podemos aplicar los de IBM, pero también diseñamos uno nosotros para mejorar los acentos, enfocado en el costeño', apuntó Reynaldo Villarreal. 

El algoritmo con el que cuenta está basado en la escala de ansiedad y depresión de Goldberg, a partir de preguntas específicas con respuestas cerradas en torno a síntomas de la persona en las últimas dos semanas da la respuesta final. A un lado de la pantalla aparece en texto toda la conversación como material de apoyo para los especialistas o como ayuda didáctica para los estudiantes de Medicina haciendo las veces de paciente.

'La información el software la guarda en el dispositivo del médico para que él lleve el registro y continúe el proceso del paciente', agregó Kuzmar.

Mary está en proceso de prueba y según sus creadores puede tomar varias semanas, hasta que se socialice con la comunidad médica.