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Luego de una recolección del veneno de pez león de la muestra de 25 peces vivos de Taganga, en el Magdalena, investigadores de la Universidad Nacional lograron encontrar en un estudio preliminar que este podría disminuir células cancerígenas.

El químico Ángel Ananda Pérez, magíster en Ciencias Bioquímicas de la Universidad Nacional de Colombia e investigador de este estudio, que tardó dos años en desarrollarse, explicó que 'el avistamiento de pez león produce problemáticas en cuanto que afecta la ecología de los arrecifes y su reproducción exponencial. El potencial en la investigación se ve porque además el pez es venenoso'.

La idea a futuro, indica, es mostrar algunos caminos para aplicar ciertos componentes a fármacos, teniendo en cuenta que hasta el momento se trata de un análisis preliminar.

Al ser esta especie catalogada como invasora en el país, el Gobierno permite que se aproveche con fines de investigación médica y química o para el tratamiento de enfermedades a partir de las toxinas de su veneno.

Con el objetivo de determinar si había actividad cancerígena en los compuestos del veneno se utilizaron células de cáncer de mama, de próstata y de colon, entre otras.

'Es un análisis preliminar estábamos mirando el perfil proteico del veneno, observando qué tipo de proteínas tiene. Encontramos lectinas, que son proteínas que generalmente se encuentran en venenos de serpientes, y estas reconocen determinados antígenos en células cancerosas', afirma Ananda.

Esta, indica el químico, es la primera investigación realizada con el pez león en nuestro país, 'se había hecho antes en Estados Unidos y Brasil. Allá hallaron componentes similares, pero es la primera vez que se realiza un análisis preliminar de la capacidad tóxica del veneno ante las líneas celulares derivadas del cáncer. Eso permite dar unos resultados muy preliminares de lo que el veneno puede afectar'.

En células de cáncer de cérvix el veneno disminuyó la población celular en un 26%, en cáncer de colon en un 44%, en el de mama en un 52% y en neuronas hipocampales se presenta un efecto neurotóxico en el 59%.

'Encontramos algunas características que nos pueden interesar para el futuro', apunta el investigador.

Lo que sigue es encontrar cuál es el componente que produce esta actividad en las células cancerígenas. 'Queda un año más en este proceso'.

Ananda explica que el análisis de veneno en animales marinos es 'muy reducido', apuntando también que hay más de tres mil especies venenosas identificadas.

El proceso para hacer el análisis con esta especie en particular fue complejo debido a la ubicación, profundidad y características de la misma.

'Una característica importante es que estos venenos son difíciles de extraer. Después que se le ha dado eutanasia al espécimen, una hora después ya el veneno se ha degradado completamente. El proceso de extracción debe ser bajo condiciones específicas para que no se pierda', explica.

Para el proceso de extracción los peces se sedaron y sumergieron manteniéndose a -20°C por media hora. Después de eso se procedió a retirar la cabeza y el aparato venenoso.

A partir de allí se separaron los componentes del veneno y se realizaron varios ensayos de actividad cancerosa y hemolítica (romper los glóbulos rojos en diferentes especies).

Como lo señalan los investigadores, este estudio preliminar arroja una pequeña luz, ahora debe ahondarse en el análisis de los compuestos 'a partir de nuevos ensayos de inhibición'.