Las muertes por sobredosis de drogas en Estados Unidos aumentaron a casi 72.000 el año pasado, en momentos en que más adictos recurren al potente opioide sintético fentanilo ante las dificultades para acceder a los cada vez más controlados analgésicos de receta.
Nuevas estimaciones del ente estatal de salud pública para el control de enfermedades CDC mostraron que las muertes por sobredosis aumentaron en 2017 casi un 7% a un récord de 71.568, mucho más que los decesos por accidentes de tráfico, los relacionados con armas de fuego o los suicidios.
Las muertes por sobredosis en Estados Unidos sumaron 67.114 en 2016 y un poco más de 54.207 el año anterior, según el CDC.
Estos fallecimientos aumentaron en 38 de los 50 estados del país. La mayoría de las muertes se produjeron en Florida (sureste), California (oeste), Pensilvania y Ohio (medio-oeste).
Los incrementos mayores, en términos porcentuales, se produjeron en Carolina del Norte (sureste), con un incremento del 22,5%, y en Nebraska (medio-oeste), con un incremento del 33,3%.
La epidemia de sobredosis por drogas en Estados Unidos comenzó a principios de la década de 2010, principalmente vinculada a la prescripción excesiva de Oxycontin y otros analgésicos legales, lo que hizo que más de dos millones de personas se volvieran adictas.
Pero en los últimos tres años, las autoridades han tomado medidas enérgicas contra la venta de analgésicos recetados y los adictos se han visto obligados a recurrir a la heroína y al fentanilo más barato y mucho más potente.
Las estadísticas muestran que los opioides sintéticos como el fentanilo está implicados en casi la mitad de las muertes por sobredosis, en comparación con aproximadamente un tercio en tan solo un año.
El presidente Donald Trump declaró el problema como una emergencia nacional de salud pública el año pasado, destinando fondos para las comunidades que luchan contra la adicción de sus habitantes y sufren el impacto social de las sobredosis, como los niños que quedan huérfanos.
A pesar del aumento general de las muertes, los datos del CDC sugieren que algunos programas de intervención podrían estar funcionando. Por ejemplo, las muertes por sobredosis disminuyeron en Massachusetts, uno de los estados con mayor número de víctimas en los últimos años.
En todo el país aumentó además el uso de Naloxone, un medicamento que puede ayudar a revivir a las víctimas de sobredosis.