Paola Fernández, Keilis Borrego y Karem Ariza no se conocen, pero tienen algo en común. Todas ellas usan métodos anticonceptivos porque entre sus planes, dicen, no está el de ser madres, o por lo menos no a corto plazo.
Paola, de 23 años, hace tres años usa métodos anticonceptivos. Empezó con inyecciones y pasó a las píldoras el año pasado.
'Al principio las inyecciones las escogí yo y me tocó cambiarlas por atrevida', confiesa.
'Usé un método que no iba de acuerdo con mi organismo y causó que me viniera el periodo cada 15 días. Me dijeron que era normal, pero me siguió pasando después de varios meses y fui a un ginecólogo al cual le comenté lo que pasaba y me ordenó exámenes. Con una ecografía se dieron cuenta de que soy propensa a tener ovarios poliquísticos y por eso el desorden hormonal. Uso pastillas y a partir de ahí mi periodo es puntual y me ha ido muy bien', narra.
Por su parte Keilis, de 22, hace dos años los usa. En su caso fue diferente. Ella acudió a su ginecóloga con su historial porque también tiene ovarios poliquísticos. 'Me recetó unas pastillas que iban acorde a mi organismo y también me podían ayudar con el tema de los quistes, entonces es una doble función', asegura.
Optar por un dispositivo intrauterino después de fracasar con las múltiples alarmas y recordatorios para tomar la píldora fue la opción más efectiva de Karem. Ella, de 32 años, es paciente con lupus y debía escoger con precaución el método que más le conviniera.
'Quería una opción definitiva, entonces le pregunté a la doctora por la operación, pero ella me abrió un abanico de posibilidades que no me fueran a afectar con la enfermedad y que no fuera tan drástico. Me mostró todo acerca del dispositivo intrauterino y yo además investigué', menciona.
Para la ginecóloga Paola Royo la elección de un método anticonceptivo va más allá de la pregunta a su mejor amiga o al farmaceuta de una droguería, 'debe ser una decisión consciente y orientada hacia la mejor opción para cada persona. Es probable que lo que sea excelente para una paciente resulte caótico para otra, por eso lo primero que debe hacerse es una valoración de preferencia por su ginecólogo, quien de acuerdo con cada caso recomendará lo más adecuado'.
Según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud –ENDS 2015– el 100% de la población en el país conoce sobre algún método anticonceptivo. El 19,1% de las mujeres actualmente unidas y el 17,5% de las no unidas sexualmente activas no usan métodos anticonceptivos.
Hormonales o no
En término generales, explica Paola Royo, médico adscrita a la clínica Portoazul, los anticonceptivos pueden ser hormonales y no hormonales, siendo los primeros los más utilizados en la actualidad. 'En cuanto al uso de las hormonas pueden ser combinados: los cuales tienen estrógeno y progesterona (sustancias similares a las producidas por nuestro organismo) y los anticonceptivos de solo progesterona. Estos últimos utilizados de preferencia en madres lactantes, pacientes con migrañas severas y algunas alteraciones circulatorias'.
En los combinados se pueden encontrar en el mercado la píldora anticonceptiva (99% de eficacia si se usa de manera correcta y sostenida y 92% como se usa comúnmente), que es de uso diario continuo; el anillo vaginal, que se pone en la vagina una vez al mes y libera hormonas a nivel local; el inyectable mensual, que consiste en aplicar una inyección en la región glútea el mismo día todos los meses (99% de eficacia si se usa de manera correcta y sostenida y 97% como se usa comúnmente). Están las opciones a mediano plazo que pueden ser los inyectables cada 3 meses (99% de eficacia si se usa de manera correcta y sostenida y 97% como se usa comúnmente); dispositivos subdérmicos, para uso de 3 a 5 años (99% de efectividad); y los dispositivos intrauterinos que también pueden ser usados por 3 y 5 años (99% de efectividad).
Caroll Delgado, médica magíster en epidemiología y gerente médica de la línea de salud femenina de Bayer, señala que existen alrededor de 15 opciones anticonceptivas. 'Están también los métodos considerados naturales. Aparece el método del ritmo, que es cuando la mujer calcula el momento de la ovulación (91% de efectividad si se usa de un modo correcto y sostenido. 75% tal y como se aplica comúnmente); o el coito interrumpido, que consiste en que el hombre en el momento de la eyaculación saca el pene de la vagina (96% si se usa de forma correcta y sostenida. 73% tal y como se practica comúnmente). Estos son de baja eficacia anticonceptiva con más de 18 embarazos al año por cada 100 mujeres'.
Hay algunos métodos de barrera que evitan que el espermatozoide alcance el óvulo. Delgado ejemplifica con el diafragma o capuchón cervical, que es un dispositivo plástico que, dice, ya casi no se usa (90% de efectividad si se usa de manera correcta y sostenida y 79% como se usa comúnmente). 'Están también los espermicidas que se ponen en la vagina para matar los espermatozoides y el condón, un método que previene algunas infecciones sexuales (98% de efectividad si se usa de manera correcta y sostenida y 85% como se usa comúnmente)'.
A la hora de escoger el método de anticoncepción o simplemente decidir usarlos lo que más preguntan las pacientes en la cita con su médico, coinciden las especialistas, es por el aumento de peso, producción de manchas en la piel o problemas de fertilidad futuros.
'Los laboratorios desarrolladores vienen trabajando para producir combinaciones hormonales más novedosas y con efectos beneficiosos sobre la piel, indiscutiblemente los efectos pueden variar de una paciente a otra, pero si elegimos un preparado comercial con una baja carga hormonal podemos disminuir efectos indeseados', dice la especialista Royo.
En cuanto a quedar estériles, Delgado dice tajantemente que 'la respuesta es no'.
'Ningún método genera esterilidad. Con las inyectables puede tardarse un poco más el retorno a la fertilidad estando entre los ocho y diez meses, pero por lo general es rápido'.
Saltando lazo por tres minutos, una cerveza caliente, limón, entre otros, son algunos métodos caseros que aunque suenen inverosímiles, aún muchas mujeres creen en ellos. 'Nada de eso es cierto. Si quiero de verdad evitar el embarazo tengo que usar un método anticonceptivo', dice Delgado.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) manifiesta que en los países en desarrollo se calcula que unos 214 millones de mujeres en edad fecunda desean posponer o detener la procreación, pero no utilizan ningún método anticonceptivo moderno.
A escala mundial, sostiene la entidad, el uso de anticonceptivos modernos ha aumentado ligeramente, de un 54% en 1990 a un 57,4% en 2015. En América Latina y el Caribe el porcentaje ha permanecido en 66,7%.
Casos particulares
Tener algún tipo de patología puede ser un factor importante a la hora de elegir con el especialista el método anticonceptivo a usar. Es por ello que la comunicación es fundamental en estos casos.
Las mujeres con VIH, por ejemplo, 'pueden seguir utilizando todos los métodos anticonceptivos hormonales existentes sin restricciones para prevención de embarazos y se recomienda el uso sistemático y correcto de preservativos para prevención de transmisión a parejas no infectadas', sugiere Royo.
En obesidad, cuenta, la recomendación es siempre revisar el IMC ( relación entre el peso y la estatura de las pacientes ) y su riesgo de eventos tromboembólicos
'Hay que evaluar las otras condiciones que tiene la mujer, por ejemplo, si adicionalmente tiene hipertensión. Hay que analizar esos dos factores y plantear las mejores opciones', comenta Delgado.
En los casos en los que las mujeres tienen varios factores de riesgo cardiovascular los criterios médicos de la OMS indican que sean métodos de larga duración 'porque no hacen interacción con los tratamientos que están recibiendo y porque necesitamos un método altamente efectivo para que no se embarace y corramos riesgos en la enfermedad de base'.
Los cambios en el ritmo de vida de la mujer se imponen los métodos a largo plazo como el uso de dispositivos intrauterinos.
'Hay métodos que son muy eficaces en la prevención del embarazo, pero que me permiten tomar la decisión de tener un hijo en el momento que yo lo defina', sugiere la especialista Delgado.
De estos se cuenta que tienen pocos eventos adversos y pueden ser utilizados por una mujer a partir del momento que se desarrolle, además están avalados para adolescentes.
La planificación familiar, indica la OMS, 'permite que las personas tomen decisiones bien fundamentadas con relación a su salud sexual y reproductiva'.
Además, 'es la clave para aminorar el crecimiento insostenible de la población y los efectos negativos que este acarrea sobre la economía, el medio ambiente y los esfuerzos nacionales y regionales por alcanzar el desarrollo', concluyó el informe de la Organización Mundial de la Salud.