Compartir:

Al año mueren 17.5 millones de personas por enfermedades cardiovasculares, según cifras de la Federación Mundial del Corazón, convirtiéndose así en la principal causa de defunción y discapacidad en todo el mundo. Las cifras en Colombia también son sorprendentes. Cada hora dos colombianos mueren por ataques al corazón, siendo la causa de más del 17% de las muertes en el país.

Este año la campaña de la Federación Mundial consiste en hacer una promesa: 'de mi corazón, para el corazón, para todos nuestros corazones'.

¿Cuántas veces nos vemos obligados a prometer cosas para poder realizarlas? Un 'el lunes arranco en el gimnasio' o 'mañana empiezo la dieta' podrían ayudar enormemente a la salud de nuestro corazón. 

Una promesa como un individuo para cocinar y comer de manera más saludable, hacer más ejercicio y animar a sus hijos a ser más activo, a decir no a fumar y ayudar a sus seres queridos se detengan. Una promesa como un profesional de la salud para salvar más vidas. Una promesa como político para implementar un plan de acción. Esos son los ejemplos dados por la Federación para mejorar el estilo de vida y proteger el corazón.

Los fallecimientos por estas patologías equivalen a un tercio de todas las muertes en el planeta y la mitad de todas las muertes de enfermedades no transmisibles. 

'Todos debemos prometerle a nuestro corazón evitar prácticas comunes que nos ponen al límite y propician la aparición de enfermedades cardiovasculares, como dietas inadecuadas ricas en grasas, sal y carbohidratos, el sedentarismo y el consumo de tabaco', asegura el doctor Juan Carlos Santacruz, director ejecutivo de la Fundación Colombiana del Corazón.

Enfermedades

 Alrededor del 80% de estas muertes se encuentran en países de ingresos bajos y medios, donde los recursos humanos y financieros son menos capaces de hacer frente a la carga de las enfermedades cardiovasculares.

Adalberto Quintero, cardiólogo internista y presidente de la Sociedad Colombiana de Cardiología y Cirugía Cardiovascular explica las dos principales enfermedades cardiovasculares: enfermedad coronaria o cardiopatía isquémica y la cardiopatía hipertensiva.

La primera, dice, 'se presenta cuando las arterias del corazón se empiezan a obstruir hasta que desencadena un infarto agudo del miocardio'. Dentro de los factores de riesgo de esta patología están aquellas enfermedades o actividades del individuo que hacen que se tapen las arterias como fumar, sedentarismo, obesidad, hipertensión, diabetes, colesterol alto. 'En la medida que envejecemos tenemos más riesgo de infarto y también está el aspecto genético'.

'Cuando una persona tiene alguno o varios de estos factores de riesgo. En la medida que pasa el tiempo se favorece que en las arterias del corazón se vayan acumulando placas de colesterol que paulatinamente van obstruyendo el paso de la sangre hasta que es definitivo y se genera un infarto, que como consecuencia lleva a que se muera un pedazo del músculo que está latiendo', apunta. 

Si el corazón sobrevive a ese fenómeno, agrega, 'aumentará de tamaño y termina en una insuficiencia cardiaca, que es el estadio final de una enfermedad coronaria'.

La otra enfermedad grave es la cardiopatía hipertensiva. 

'Solo por ser hipertenso el corazón sufre muchas consecuencias porque está todo el tiempo trabajando contra una resistencia aumentada que es la presión arterial elevada y él al tener que bombear con más fuerza el corazón se empieza a poner más grueso, hipertrofia, y logra compensar el aumento de la resistencia dilatándose. Pierde capacidad de bombeo y aparece nuevamente la insuficiencia cardiaca.

La hipertensión arterial, se considera una enfermedad silenciosa. Hay pacientes que pueden manejar alta y no presentar ningún síntoma. 

'Es más compleja y por eso es necesario que toda persona adulta vaya periódicamente a su cardiólogo y por lo menos una vez al año se mida la presión arterial'. 

En algunos casos, que no son usuales, el paciente puede manifestar dolor de cabeza, palpitaciones o falta de aire al caminar.

Estas enfermedades suelen ser más prevalentes a partir de los 45 años. 

'Entre más edad hay más chance. Aunque una persona puede tener infarto a los 4 o 5 años de edad, son casos muy raros, pero pueden pasar. Una persona puede ser hipertensa de niño o joven, incluso hay recién nacidos. No es una enfermedad exclusiva del adulto', manifiesta Quintero.

Tratamiento

 Lo principal es la prevención, aseguran los expertos. 'Si no quiero llegar a un infarto debo corregir todos mis factores de riesgo. Debo hacer ejercicio, dieta baja en sal, evitar al máximo el azúcar, disminuir el consumo de harinas y aumentar el consumo de frutas y verduras con una dieta balanceada en proteínas y grasas. Dejar de fumar y evitar el consumo de alcohol', dice Quintero. 

Hay medicamentos que ayudan a evitar la progresión. Solo un 10% de los pacientes hipertensos en el mundo, que son los de bajo riesgo o hipertensión muy leve, se pueden manejar con cambios de estilo de vida. El 90%, agrega el galeno, generalmente necesita medicamentos: diuréticos, calcioantagonistas, betabloqueantes, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina y antialdosterónicos.

El estrés afecta la salud en todos los niveles, generando una presión mayor sobre el corazón, sumado a las múltiples actividades y patologías de los pacientes. Ahora es el momento de preguntar: ¿Qué le prometeremos a nuestro corazón?