Hablar de suicidio no es sencillo. Sumarlo a jóvenes tampoco lo es. No es cuestión de si somos un medio de comunicación, padres de familia, amigos o psicólogos, es una problemática que aún en nuestra sociedad se trata con cierto recelo y las cifras siguen aumentando sin tener la certeza de ser estables o disminuir en un futuro cercano.
Dentro de esta línea se decidió hacer un Manual de intervención para la prevención del riesgo suicida en adolescentes y la apertura del grupo de apoyo a sobrevivientes de suicidio por parte de tres expertas: Marly Bahamón Muñetón y Yolima Alarcón Vásquez, investigadoras de la Universidad Simón Bolívar, y Ana Trejos Herrera, de la Universidad del Norte.
Se trata de 120 páginas que contienen dos importantes avances en el análisis psicológico de este problema de salud pública: una, la producción en nuestro país del primer instrumento validado de medición del riesgo suicida en jóvenes de 13 a 18 años, así como un programa de intervención para reducir la conducta en etapas tempranas.
Bahamón, psicóloga magister y PhD en psicología, explica que esto nace de una tesis de doctorado. 'Venía trabajando sobre el tema de suicidio, pero previamente en otras ciudades con factores de riesgo y otros aspectos, pero estaba la necesidad latente de hacer algo, un proceso de intervención que permitiera reducir en algún momento las cifras. Se realiza la propuesta con adolescentes y no con adultos —que son los que tienen el mayor pico—, pero la idea en este punto es hacer prevención desde esa edad'.
Por su parte, Alarcón, psicóloga magister en desarrollo familiar y PhD en psicología, sostiene que este se trata de un proyecto de más de cinco años para tener un producto final. 'Es importante que enseñemos a los jóvenes a desarrollar habilidades sociales, de buscar apoyo, tomar decisiones, contemplar diferentes escenarios frente a las situaciones que están viviendo'.
'Surge teniendo en cuenta el temor que causa el tema del suicidio. Cuando hablamos de esto nos dicen que es una palabra muy fea, que nos remitamos a otras que puedan ser más suaves. Esa fue la primera barrera que encontramos, ¿cómo podemos tratar el tema del suicidio con los jóvenes al interior de instituciones educativas?', asegura Bahamón. Teniendo en cuenta que ha habido avances en la psicología positiva, quisieron entonces concentrarse en factores protectores, promover el bienestar psicológico. 'Enfocarnos en las habilidades y fortalezas, en el desarrollo de este tipo de competencias que puede tener una adolescente y que le puede aportar para protegerse frente a estas problemáticas que tiene que experimentar a lo largo de la vida'.
El suicidio es un fenómeno multifactorial, explican. Es decir, existen diferentes causas que se pueden atribuir a este tema. Causas individuales, biológicas, genéticas, familiares, sociales y culturales. Sin embargo, en la adolescencia se han identificado factores de riesgo más frecuentes que están más próximos al suicidio. 'En primer lugar está el aislamiento, el adolescente que no quiere compartir con las otras personas a pesar de que antes había tenido relaciones, adolescente que tiene problemas para resolver situaciones, que es dubitativo. La depresión, el abuso sexual, el uso de sustancias psicoactivas y el acoso escolar son fenómenos socioculturales y personales que están involucrados'.
Por otro lado, y ligado a este tema, se dio la apertura de un espacio para grupo de apoyo para sobrevivientes del suicidio. Cualquier persona de la comunidad tiene la posibilidad de acercarse, habrá encuentros semanales donde se establecerá una red de soporte emocional y social frente a esta temática porque esto también es prevención. Mayor información en el número 3160930 extensión 1019.