Los comentarios superfluos que gobiernan las redes sociales en el mundo nuevamente quedaron al descubierto esta semana. La cantautora londinense, que cumplió el 5 de mayo, hizo una publicación en Instagram para agradecer los mensajes de felicitación por sus 32 años de vida. También aprovechó para agradecer el papel de los trabajadores esenciales durante la pandemia de la COVID-19.
'Gracias por el cariño durante mi cumpleaños. Espero que estén seguros y sanos durante este periodo loco. Me gustaría dar las gracias a todos los trabajadores esenciales y que están en primera línea por mantenernos a salvo mientras arriesgan sus vidas. Son realmente nuestros ángeles', escribió Adele.
El comentario pasó casi inadvertido. Muy pocos de los mal llamados influenciadores, medios de comunicación y usuarios de redes sociales se refirieron al gesto de Adele para con las personas que se sacrifican y arriesgan su vida en esta pandemia. Su cumpleaños, su voz y hasta su cumpleaños pasaron a segundo plano. El motivo de la discusión, que por supuesto incluyó insultos, se centró en su nueva figura.
Ante el cúmulo de críticas de los que estaban de acuerdo en el cambio radical y los que no, Pete Geracimo, su entrenador personal en Londres (ahora Adele vive en Los Ángeles) salió en defensa de la artista en una entrevista para Vanity Fair.
'Es desalentador leer comentarios negativos y acusaciones de gordofobia cuestionando la autenticidad de su increíble pérdida de peso. Durante mi experiencia personal trabajando con ella, pasó por muchos altibajos y siempre lo hizo a su ritmo y en sus propios términos (...) Nunca menospreció el talento que le dio Dios ni se redujo a sí misma a una cantante que expone su cuerpo o a ser la más sexy para vender álbumes', dijo Geracimo. Los altibajos a los que se refería el exentrenador se relacionan con el divorcio de Adele con el padre de su hijo, Simon Konecki.
Sobre la gordofobia, que también menciona Geracimo, Frauky Jiménez, psicóloga clínica especialista en terapia de pareja, la define como el acto de discriminar 'o una forma de desvalorar a las personas que tienen exceso de peso'. 'Generalmente esto acoge solamente a las mujeres, porque con el hombre que es gordito no pasa nada, pero la mujer en ese sentido tiende a ser más discriminada'.
Con el imaginario 90-60-90 de las mujeres perfectas en sus cabezas, los gordofóbicos por lo general lanzan comentarios o hacen juicios a las personas subidas de peso y critican su alimentación, o incluso llegan a decir que no se tienen autoestima porque no hacen ejercicio.
Lo que no saben, dice la especialista, es que muchas de estas personas se aman como son y genéticamente son de contextura gruesa, es decir, su índice de masa muscular se encuentra bien.
Otras, añade, sufren un 'daño psicológico terrible porque desde niñas no aceptan su cuerpo', esa inseguridad les genera desórdenes alimenticios y de personalidad que después son difíciles de superar.
'El tratamiento', como quizás lo hizo Adele y muchas mujeres en el planeta, 'comienza por aceptarse y amarse'. 'Hay que entender que todos los seres humanos somos diferentes, que nuestro cuerpo tenemos que quererlo, cuidarlo y consentirlo'.