Un grupo de expertos reunido por la Organización Mundial de la Salud examinó las pruebas sobre la COVID-19 y su transmisión en los niños, así como las limitadas pruebas disponibles sobre el uso infantil de mascarillas.
A partir de ese análisis y teniendo en cuenta otros factores, como las necesidades psicosociales y los hitos del desarrollo de los niños, la OMS y el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) recomendaron que el uso de mascarilla no debe ser obligatorio para los niños menores cinco años, en aras de la seguridad y el interés general del niño y dada su incapacidad de utilizar adecuadamente una mascarilla con una asistencia mínima.
La OMS y la UNICEF recomiendan que los niños a partir de los 12 años utilicen mascarilla en los mismos supuestos que los adultos, en particular cuando no se pueda garantizar una distancia mínima de un metro de los demás y haya una transmisión generalizada en la zona.
Las organizaciones aconsejan, sin embargo, consultar y respetar siempre las prácticas que recomiendan las autoridades locales.
Las mascarillas que deben usar los niños
Los niños que, en general, gozan de buena salud pueden ponerse mascarillas higiénicas o de tela. Así se consigue controlar el origen, es decir, se evita transmitir el virus a otras personas si el niño está infectado y no es consciente de que lo está.
El adulto que facilite la mascarilla de tela debe asegurarse de que esta sea del tamaño correcto y cubra suficientemente la nariz, la boca y la barbilla del niño.
Los niños con problemas de salud subyacentes como fibrosis quística, cáncer o inmunodepresión deben, en consulta con sus proveedores de servicios médicos, llevar mascarillas médicas o quirúrgicas.
Las mascarillas médicas reducen la propagación del virus y protegen al usuario y están recomendadas para cualquiera que tenga un mayor riesgo de enfermarse gravemente por la COVID-19.
La manera correcta de utilizar la mascarilla
Los niños deben seguir los mismos principios que los adultos en cuanto al uso de mascarillas. Esto incluye limpiarse las manos antes de ponerse la mascarilla durante al menos 20 segundos si se utiliza un gel hidroalcohólico o al menos 40 segundos si se usa agua y jabón.
Es preciso asegurarse de que la mascarilla es del tamaño adecuado para cubrir la nariz, la boca y la barbilla. Se debe enseñar a los niños a utilizar la mascarilla correctamente y, entre otras cosas, a no tocar la parte delantera de la mascarilla, a no tirar de ella hacia la barbilla ni a metérsela en la boca. Deben guardar la mascarilla en una bolsita o un sobre y no compartirla con nadie.
Las mascarillas para niños con COVID-19
Todos los niños que tengan síntomas que sugieran la presencia de COVID‑19 deben llevar puesta una mascarilla médica durante todo el tiempo que puedan aguantarla. Se debe aislar al niño y solicitar asistencia médica tan pronto como empiece a sentirse mal, incluso si los síntomas son leves. Los familiares o cuidadores que se acerquen a menos de un metro del niño enfermo en el domicilio también deben llevar puesta una mascarilla.
Todo miembro del hogar que esté enfermo o que haya dado positivo en una prueba de la COVID-19 debe aislarse de todos los demás, si es posible. Si el niño se acerca a menos de un metro de una persona enferma en el domicilio, tanto el adulto como el niño deben llevar una mascarilla médica puesta durante ese tiempo.
Las mascarillas y el deporte
No es recomendable que los niños se pongan la mascarilla mientras practican deportes o actividades físicas, como correr, saltar o jugar en el patio de recreo, para que no les afecte a la respiración. Cuando se organice este tipo de actividades para los niños, es importante aplicar el resto de medidas fundamentales de salud pública: mantener una distancia mínima de un metro de los demás, limitar el número de niños que juegan juntos, facilitar el acceso a instalaciones para la higiene de las manos y fomentar su uso.
Las caretas y los visores como opción alternativa
En el contexto de la COVID-19, es posible que algunos niños no puedan utilizar las mascarillas, bien por ciertas discapacidades o bien en situaciones específicas, como por ejemplo en las clases de logopedia, en las que el profesor necesita verles la boca.
En estos casos, las caretas protectoras pueden considerarse una alternativa a las mascarillas, pero no proporcionan una protección equivalente para evitar transmitir el virus a otras personas.
Si se decide utilizar una careta, esta debe cubrir toda la cara, rodearla por ambos lados y extenderse hasta debajo de la barbilla. Además, hay que tener cuidado al usarlas para evitar que se rompan y causen lesiones en los ojos o la cara.
Los adultos deben utilizar mascarilla con los niños
En las zonas de transmisión generalizada, todos los adultos menores de 60 años y que gozan de buena salud en general deben ponerse una mascarilla de tela cuando no puedan garantizar una distancia de al menos un metro de los demás. Esto es particularmente importante para los adultos que trabajan con niños y que pueden tener un contacto cercano con los niños y entre ellos.
Las personas de 60 años en adelante y las que tengan alguna afección subyacente, como una cardiopatía, diabetes o cáncer de pulmón, deben llevar una mascarilla médica o quirúrgica, dado que tienen un mayor riesgo de enfermarse gravemente por la COVID-19.