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Los accidentes cerebro vasculares (ACV) pueden afectar a cualquier persona sin importar su edad. Especialistas afirman que acudir a tiempo a un centro asistencial ayudará a que los efectos del mismo sean reversibles.

Este es uno de los mensajes que se quiere recalcar este jueves, fecha en la que se conmemora el Día Mundial de los ACV.

Jairo Fernández, médico neurointervencionista, explica que un ACV se da cuando hay un daño en el cerebro, las arterias o las venas. De acuerdo con el galeno, se conocen dos tipos de accidentes cerebro vasculares. 'Uno es el derrame o hemorragia que es cuando una de las arterias o venas se rompen, sale sangre y se forma un coágulo. Y el segundo, que es el que se presenta con mayor frecuencia porque se da en el 85% de los casos, se conoce como accidente cerebro vascular isquémico (trombosis) y se presenta cuando la arteria o vena se tapa', indica.

El especialista explica que cuando se tapa la arteria, los nutrientes que lleva la sangre a la célula dejan de llegar, lo que ocasiona que estas se mueran y se produzca lo que se conoce como infarto cerebral 'con consecuencias catastróficas de postración'.

'El paciente deja de mover una parte del cuerpo, deja de hablar o queda postrado en la cama con un grado de dependencia importante', afirma Fernández.

Síntomas

El galeno advierte que ante síntomas como dolor de cabeza intenso, mareos repentinos, dificultad para caminar y problemas para ver bien por uno o los dos ojos hay que actuar con rapidez.

Recalca que existe una mnemotecnia (conjunto de estrategias que ayudan a memorizar ideas complejas de forma sencilla) conocida como fast que se emplea para identificar si el paciente sufre un ACV.

‘F’ de face (rostro), que es desviación de la comisura labial, el paciente tuerce la boca. ‘A’ de arms (brazos), eso quiere decir que hay debilidad en uno de los brazos y no puede sostenerse. ‘S’ de speech (habla), que es para identificar si el paciente no puede hablar o no se le entiende lo que dice; y por último la ‘T’ de time (tiempo) y es que se debe actuar rápido.

El también neurointervencionista Boris Pabón explica que esta dinámica también es aplicable al español, pero con el acróstico ‘rápido’. Donde la letra ‘R’  significa ríe, y es para identificar si el paciente tiene una parálisis en el rostro; ‘A’ de abraza para medir la fortaleza de los brazos; ‘P’ de pronuncia para identificar si la persona expresa claramente sus ideas; ‘I’ de inconsciente en caso de que el afectado se desmaye (se considera una señal grave); ‘D’ de desorientado, se le pregunta si sabe dónde se encuentra; y ‘O’ de ocular en caso de que la persona manifieste problemas como visión borrosa.

Fernández cita al Observatorio de Salud Nacional al decir que el 38% de los pacientes que sufre un ACV no logra reconocerlo y que solo el 40% acude a servicios de emergencia.

El neurointervencionista es enfático al decir que si se acude a tiempo a un centro asistencial los daños pueden ser reversibles y que cada minuto es 'vital'.

'Por cada minuto sin tratamiento, después de un ACV, el cerebro pierde 1.9 millones de neuronas'.

Según la Asociación Colombiana de Neurología, en el país más de 45 mil personas sufren anualmente un ACV.

No importa la edad

El ACV también puede afectar a los jóvenes. Según el experto se debe acabar con la creencia de que solo las personas mayores son susceptibles.

Uno de los mitos que desmiente el especialista es que factores externos como cambios abruptos de temperatura pueden afectar la parte periférica del cerebro, pero no la central. Es decir, se puede registrar una tensión muscular o adormecimiento pero estos no implican, según Fernández, un daño cerebral por esa causa.

Factores de riesgo

Existen factores de riesgo para sufrir un ACV. De acuerdo con los expertos hay unos que no son modificables ya que son inherentes a la parte genética, pero hay otros factores que identifican en la mayoría de pacientes, que son: sedentarismo, tabaquismo, consumo excesivo de bebidas alcohólicas, consumo de sustancias psicoactivas y estrés. Estos últimos pueden generar, además, hipertensión, diabetes e hipercolesterolemia (colesterol elevado).