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La aparición en el mundo del nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2, impuso un confinamiento masivo. Aunque las recomendaciones persisten (lavado de manos, uso de tapabocas y distanciamiento), con el tiempo expertos han ido estudiando más acerca del virus pandémico. Las cuarentenas se han ido terminando en la mayor parte del mundo y a la humanidad le ha tocado aprender, como se anunciaba, a convivir con este enemigo invisible.

Partiendo del hecho de que el aislamiento, aunque es la medida más recomendada por los epidemiólogos ante la ausencia de una vacuna, no es una posibilidad ante el ritmo de las actividades diarias que han vuelto a tomar su curso. Expertos consultados por EL HERALDO ofrecen pautas de cómo se comporta el virus en los diferentes espacios que, posiblemente, estamos compartiendo con el SARS-CoV-2.

El profesor de la Universidad del Norte Diego Viasus explica que las partículas de saliva, por las que se puede transmitir el virus, tienen diferentes tamaños: 'Las más grandes llamadas ‘gotículas respiratorias’ y las más pequeñas, llamadas ‘aerosoles’. Según la OMS, el virus se propaga principalmente por medio de ‘gotículas respiratorias’ entre personas que estén en contacto cercano. Debido a que las ‘gotículas respiratorias’ son más grandes caen rápidamente al suelo, mientras que los aerosoles pueden mantenerse suspendidas en el aire durante mucho tiempo y viajar a una mayor distancia'.

Por lo anterior, teniendo en cuenta la existencia de los aerosoles, Viasus recuerda que permanecer a distancia de otras personas reduce la exposición. Sin embargo, aclara que no siempre el distanciamiento es suficiente.

'A nivel comunitario, la transmisión por aerosoles podría producirse en entornos específicos, sobre todo en espacios interiores, abarrotados y mal ventilados'.