Debido a la gran presión social por la cual atraviesan las mujeres en cuanto al tema de la cantidad de vello con la que 'deben' contar en su cuerpo, no es de extrañar que existan algunas que acaben por desarrollar serios transtornos de ansiedad, depresión y/o baja autoestima por 'tener más vello corporal del que deberían' y tenerlo en zonas del cuerpo en las que, regularmente, no debería crecer.