Algunas personas que han estado en riesgo de morir, ya sea por un accidente o por enfermedad, coinciden en que a partir de esa temible experiencia la vida cobra un poco más de sentido, ya que se comienzan a valorar situaciones, personas y oportunidades que antes no.
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Después de haber experimentado el miedo de morir por la alta probabilidad que hubo de que sucediera, deciden que cada minuto tiene que ser aprovechado al máximo.
Se comprende entonces que el tiempo de vida es limitado y hay que disfrutar de los pequeños momentos y de las personas que conforman el círculo familiar y social más cercano.
En ese sentido, dejan de estar dispuestos a desperdiciar su valioso (y limitado) tiempo en situaciones que no les aporten buenas sensaciones o que les ayuden a estar cada vez más cerca de sus metas.
Aunque estas reflexiones, que para algunos representan grandes “revelaciones”, dan paso a una nueva etapa cargada de plenitud y grandes expectativas, también suelen estar acompañadas del sentimiento de culpa.
Esto porque se arrepienten de haber malgastado su tiempo y salud en temas que no le han supuesto beneficios, sino molestias.
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La estadounidense Shoshana Ungerleider, especialista en medicina interna, habló recientemente en el programa ‘Make It’ del medio ‘CNBC’ sobre los arrepentimientos más comunes de las personas que están por morir.
Por su profesión, la médica Ungerleider ha tenido que acompañar a muchas personas en los últimos instantes de su vida y ha observado que la mayoría de los pacientes se arrepiente de las mismas cinco cosas cuando saben que les queda poco tiempo.
¿De qué se arrepienten quienes están a punto de morir?
Desde su experiencia, la profesional de la salud Shoshana Ungerleider ha identificado cinco arrepentimientos que experimentan los pacientes en los últimos momentos de su vida.
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“Estar cerca de la muerte realmente te permite centrarte en el presente, porque eso es todo lo que tienes”, expresó durante el citado programa.
El primer arrepentimiento tiene que ver con no haber pasado suficiente tiempo con los seres queridos, tanto familiares como amigos.
En segundo lugar, Ungerleider dijo que muchos se culpan por haber trabajado demasiado, pues el tiempo invertido en largas jornadas laborales hace que se descuiden otros aspectos de la vida como la familia, la salud o sueños personales.
No haber tomado ciertas decisiones o asumido riesgos por miedo es otro de los grandes arrepentimientos que surgen antes de morir. El temor al “qué dirán”, al fracaso o simplemente a salir de la zona de confort hace que muchas personas no se atrevan a luchar por sus metas.
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También, según Shoshana Ungerleider, la mayoría de pacientes se arrepiente de no haber sido más valiente ante la incertidumbre. Y, por último, de no vivir el presente por preocuparse demasiado en el futuro.
