Para esta época navideña muchas personas están al pendiente de comprar el regalo ideal para sus seres queridos, además de compartir en familia y vivir un momento especial lleno de amor y sorpresas junto a su círculo afectivo.
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Y es que de acuerdo con los expertos, la experiencia de comprar regalos para sus cercanos puede activar en el cerebro áreas asociadas con la recompensa y estimula la secreción de oxitocina, también llamada “hormona del abrazo”.
Sin embargo, la práctica de comprar regalos se puede convertir en una verdadera pesadilla para algunas personas, pues desarrollan estrés y ansiedad, lo cual afecta su salud emocional.
“Sentir ansiedad a la hora de buscar el regalo ‘perfecto’ es un fenómeno causado por una combinación de factores: presiones sociales, falta de tiempo, sobrecarga económica y hasta cuestiones ecológicas son los desencadenantes más comunes”, comenta la doctora Érika Cortés Soler, psicóloga de Coomeva Medicina Prepagada.
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De acuerdo con los expertos, las personas pueden experimentar temor de no cumplir con las expectativas; además de la preocupación por el presupuesto, ya que no se trata de gastar por encima de las posibilidades, pero tampoco se quiere hacer ver como tacaño.
¿Qué genera la compra de regalos en personas que sufren de estrés?
Los especialistas indican que cuando se vive con estrés, la tarea de buscar regalos puede desencadenar agotamiento emocional, problemas de sueño, dolores de cabeza e incluso tensiones en las relaciones personales.
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Además, está el factor de reciprocidad, es decir, cuando siente que ha regalado algo que necesitó mucho más tiempo y dinero que el regalo que recibió.
“Dar un regalo debería ser un acto de conexión y generosidad, no una obligación cargada de ansiedad. Es importante replantear nuestras tradiciones y enfocarnos en el verdadero sentido de las festividades: compartir tiempo y experiencias significativas con nuestros seres queridos”, expresó la doctora Cortés.
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¿Cómo elegir un regalo sin que se convierta en una fuente de angustia?
1. Definir un presupuesto realista: No es necesario endeudarse para demostrar afecto. Un regalo simbólico puede tener más valor que uno costoso.
2. Priorizar el significado: Opta por regalos personalizados o experiencias que refuercen la conexión emocional. La mayoría de las personas valorará más el nivel de detalle invertido que el dinero gastado: una dedicatoria emotiva puede ser más importante que un regalo costoso.
3. Comunicación abierta: Habla con tus seres queridos sobre sus preferencias y comenta sobre tus límites y expectativas para evitar malentendidos.
4. Practicar la gratitud: Enfócate en el agradecimiento y en el bienestar emocional que las fiestas pueden traer, más allá del intercambio material.
