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Fin de semana, película en el televisor y una pregunta existencial: ¿pizza o hamburguesa? Dos opciones deliciosas, amadas por millones y protagonistas indiscutibles de reuniones familiares, salidas con amigos o antojos nocturnos. Sin embargo, cuando el dilema trasciende el placer y entra en el terreno de la salud, la decisión se vuelve más complicada.

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Ambos platillos han sido duramente criticados por su alto contenido calórico y su aparente falta de valor nutricional. Pero, ¿sabía que, dependiendo de la preparación, una de ellas podría ser una opción más saludable que la otra?

Nutricionistas han analizado sus componentes y hoy le revelamos cuál es la mejor alternativa si lo que está buscando es equilibrar el placer con el bienestar.

El lado oscuro de la hamburguesa

Es imposible negar el atractivo de una hamburguesa jugosa, con queso derretido y un pan esponjoso. Sin embargo, en su versión más común, este platillo no es precisamente un aliado de la salud.

La combinación de pan blanco, carne procesada, salsas industriales y una guarnición de papas fritas suman una cantidad considerable de calorías y grasas saturadas.

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Una hamburguesa doble con queso, acompañada de papas y un refresco, puede alcanzar las 1150 calorías, un aporte excesivo para una sola comida. Además, los carbohidratos refinados del pan pueden elevar los niveles de azúcar en sangre rápidamente, lo que aumenta el riesgo de antojos y una mayor ingesta calórica a lo largo del día.

Sin embargo, no todo está perdido. Expertos recomiendan opciones más equilibradas, como sustituir el pan blanco por integral, optar por carne de buena calidad y evitar las salsas procesadas.

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Además, acompañar la hamburguesa con ensalada en lugar de papas fritas hace una gran diferencia. Si la prepara en casa, tiene mayor control sobre los ingredientes y puede convertirla en una opción más saludable.

La pizza, injustamente demonizada

La pizza ha sido señalada por años como un alimento poco saludable. Sin embargo, al analizar sus ingredientes, la historia cambia. La base de pan, la salsa de tomate, el queso y otros ingredientes aportan una combinación balanceada de carbohidratos, proteínas y grasas, e incluso nutrientes importantes como calcio y vitaminas.

En una comparación nutricional, 100 gramos de pizza contienen 266 calorías, mientras que la misma cantidad de hamburguesa aporta 295.

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En cuanto a grasas, una rebanada de pizza de 120 gramos tiene 10 gramos, mientras que una hamburguesa con 85 gramos de carne contiene 13 gramos. Más llamativo aún es el colesterol: la hamburguesa doble tiene 47 mg en 100 gramos, mientras que la pizza solo 17 mg.

El truco está en la elección de ingredientes. Preparar la pizza en casa con harina integral, una salsa natural sin azúcares añadidos y un queso moderado puede hacerla una opción saludable. Además, agregar vegetales frescos como champiñones, pimientos o espinaca potencia su valor nutricional.

¿La gran ganadora?

Aunque ambas opciones pueden formar parte de una dieta equilibrada si se consumen con moderación y se eligen bien sus ingredientes, la pizza tiene una ligera ventaja en términos de balance nutricional y menor impacto negativo en la salud. Su contenido de grasas es menor, aporta nutrientes importantes y es más fácil de modificar para hacerla más saludable sin sacrificar sabor.

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Eso sí, al final, lo más importante es el consumo responsable. Tanto la pizza como la hamburguesa pueden disfrutarse sin culpa si se preparan con mejores ingredientes y se combinan con un estilo de vida activo.