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Si sufrimos de ataques de ira, es porque hemos practicado por muchísimos años perder el control. Estamos en el punto A, donde no tenemos el control de nuestras reacciones y tenemos ataques de ira y queremos llegar al punto B, en el que no perdemos el control de nuestras reacciones, no gritamos, no arrojamos objetos, no nos hacemos daño ni a nosotros mismos ni a los que están a nuestro alrededor.

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Sin embargo, explicó Jessika Perdomo, psicóloga y host del  popular podcast 'Control de la IRA', para llegar, del punto A al punto B, hay una pieza clave y esa pieza es “la pausa”, esa pausa mental de un segundo, en la que yo puedo decidir no perder el control.  

Ante un ataque de ira debemos:

1. Decidir no perder el control.

2. Hacer la pausa mental.

3. Practicar no perder el control. No podemos practicar no perder el control sin hacer la pausa mental y sin decidir no perder el control primero.