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En tiempos en los que actividades cotidianas como salir a caminar o encontrarse con amigos parecen tan lejanas hay quienes se preguntan si habrá una 'normalidad' después del coronavirus.

La experiencia le ha enseñado a la humanidad que cuando una enfermedad desconocida ataca y se propaga la mejor forma de frenar los contagios se da a través del aislamiento. Lo hicieron los griegos en la antigüedad, los romanos en la edad media, la sociedad europea occidental en el Renacimiento, los estadounidenses terminada la Primera Guerra Mundial. Así, en diferentes capítulos de la historia, y en diferentes geografías, la raza humana se ha visto amenazada por enfermedades letales que han crecido en sintonía con el vertiginoso ritmo de las sociedades.

Conocedores señalan que desde que el hombre se volvió sedentario y empezó a asentarse para explotar la tierra a través de la agricultura aparecieron las epidemias, algunas por el contacto y la domesticación de animales, como lo detalla la historiadora María Fernanda Durán Sánchez, docente de la Universidad Javeriana en su publicación, ‘Breve historia de las epidemias’.

Hernando Baquero Latorre, decano de la división de Ciencias de la Salud de la Universidad del Norte, explica que las pandemias tienen dos formas de terminar. La primera se da cuando medicamente existe una vacuna o se alcanza la inmunización en masa de la población ante el virus. Y la segunda es social, cuando las personas pierden el miedo ante el agente e intentan que el curso de sus vidas vuelva a la normalidad.

'Desde el punto de vista de la salud la primera se da cuando desarrollamos una vacuna. El caso más emblemático de la historia fue el de la viruela. Esta enfermedad no tiene un reservorio por fuera de los seres humanos, es decir no habita en animales. Al desarrollarse la vacuna la gente se volvió inmune contra la enfermedad y se acabó. Hoy se considera extinta. Otra forma en la que puede acabar una pandemia desde el punto de vista de la salud es cuando mucha gente se infecta y se adquiere una inmunidad natural'.

Baquero explica que una referencia es lo que se está viviendo en la actualidad con el coronavirus, debido a que hasta la fecha no hay un tratamiento curativo y los científicos trabajan en el desarrollo de una vacuna.

'La enfermedad es letal y genera muchos contagiados al tiempo, lo que colapsa los sistemas sanitarios. Lograr la inmunización en masa no se alcanza en un mes, toma años y apostarle a la inmunidad de rebaño es muy doloroso en términos de vidas humanas', advierte.

Baquero, manifiesta que cuando la pandemia llega a su fin social las personas aprenden a convivir con la amenaza implementando en sus vidas las medidas de protección y protocolos de salud.

'La sociedad termina la amenaza cuando las personas pierden el miedo y aprenden a convivir con la epidemia, por ejemplo en África, con el VIH sida, la gente empleó protocolos, aprendió el sexo seguro y le perdió el miedo al contagio. El sida está ahí y convive con nosotros, anualmente tenemos en el mundo casos de sida. Del mismo modo el dengue. Esta infección tiene todos los años casos de muerte en Colombia, pero la gente trata de no tener represas donde se formen criaderos de mosquitos y toman medidas pero conviven con la enfermedad'.

El profesor investigador de la división de Ciencias de la Salud de la Universidad del Norte y Ph.D en Inmunología, Homero San Juan, coincide en que las pandemias terminan por percepción, costumbre y por razones de tipo biológico.

'Fuera del foco epidémico hay situaciones sociales como la económica que empuja a las personas a salir del confinamiento. En otros casos están quienes no dimensionan el impacto de una pandemia a nivel mundial. En estas existe un costo social de las decisiones individuales', afirma.