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Por estos días en el país se debate sobre el derecho de las parejas homosexuales para adoptar. El fallo de la Corte Constitucional que permitió la adopción a la pareja compuesta por Ana Elisa Leiderman y Verónica Botero abrió un capítulo más a la discusión. Fuera de las aristas legales que esto conlleva, hay varios aspectos que deben tenerse en cuenta, el principal de todos es el bienestar del niño.

Según Nelly Lecompte, pediatra y profesora del Departamento de Medicina de la Universidad del Norte, todo niño necesita estímulos cognitivos, afectivos, sociales y morales que se dan en la familia.

'Independiente del tipo de familia, todos los niños comparten las mismas necesidades y tienen derecho a una estabilidad social, a un entorno seguro y a gozar de una buena crianza. Los pediatras sabemos que el apego y el vínculo afectivo que se da naturalmente con la madre desde el nacimiento es la base para el desarrollo psicoafectivo y psicosocial', sostiene la experta.

Diversos estudios indican que los adultos que no desarrollaron un buen vínculo con su madre o cuidador sustituto difícilmente lo establecerán con su pareja u otras personas a lo largo de su vida. Y es aquí donde la responsabilidad es inmensa al determinar a qué familia se le puede dar un niño en adopción.

De acuerdo con Lecompte, la clave de una buena crianza es el amor, la cantidad y calidad del tiempo que se brinda al niño, así como un hogar estable con una buena relación de pareja, disciplina y definición de límites. 'El afecto y la protección que se le brinde al niño son lo fundamental y esto no depende de la orientación sexual de los padres', señala.

A nivel mundial, hay 11 países que aprueban la adopción por parte de parejas conformadas por padres homosexuales. En el censo del año 2010, en los Estados Unidos se encontró que casi dos millones de niños menores de 18 años están siendo criados por al menos un padre gay o lesbiana, y se encontraron 600.000 hogares compuestos por parejas homosexuales y en estos se encontraron 111.000 niños bajo el cuidado de estas parejas.

La Academia Americana de Pediatría (comité de aspectos psicosociales de la salud del niño y su familia) se pronunció sobre el tema con base en más de 30 años de investigación acumulada, y brinda una recomendación sobre la seguridad del buen desarrollo de los niños criados por padres del mismo género. Las investigaciones muestran cómo existen más similitudes que diferencias entre los hijos provenientes de familias homoparentales y heteroparentales.

'La principal diferencia encontrada es una mayor flexibilidad en sus roles pero no en la identidad de género, y una mayor aceptación de la diversidad sexual. Encontraron que aquellos niños cuyos padres son gais o lesbianas presentan un adecuado funcionamiento emocional, cognitivo, social y sexual', explica Lecompte.

Según el reporte, estos niños no poseen mayor riesgo de problemas relacionados con baja autoestima, trastornos depresivos o de ansiedad, hiperactividad, dificultades emocionales o de conducta, y tienen un buen desempeño social (deportes, relaciones interpersonales, colegio); tampoco presentan dudas sobre su identidad de género.

Estudios demuestran que los pilares para la formación de la autoestima y la resiliencia en el niño es el tener una familia estable. Agrega Lecompte que los niños que están en hogares sustitutos con rotación frecuente o en familias que se desarticulan y se recomponen con frecuencia tienen más riesgo de desarrollar una pobre autoestima.

Algunos autores exponen este argumento en contra de la adopción por parte de familias homoparentales, pues se ha encontrado que el promedio de duración de las relaciones en las parejas gais es de menos de dos años.