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Quiero contarle, mi hermano, un pedacito de la historia negra, de la historia nuestra, caballero. Y dice así...'.

Nadie habría podido retratar los dolorosos sucesos históricos en los que se forjó la cultura afrodescendiente en Colombia mejor que el Joe Arroyo. Él entendió la historia, la cantó y la volvió protagonista en la pista de todo bailador. Sin embargo, el pueblo negro aún no tiene garantías de no repetición y por los flagelos del conflicto armado en el país aún se les escucha gritar: '¡Oye, man!, no le pegue a la negra'.

La verdad del pueblo negro se puede retratar en una realidad: según cifras del Registro Único de Víctimas, el número total de víctimas negras, raizales y palenqueras llega a 1.035.086, lo que corresponde al 11,75% del total de 8.803.836 de víctimas registradas. Siendo así, un 38,38% del total de la población negra en Colombia se reconoce como víctima del conflicto armado.

'Yo creo que lo que me pasó fue porque soy negra', es la conclusión a la que llegó una mujer víctima en María La Baja, Bolívar, que prefirió no revelar su identidad, ella narró cómo fue violada, ultrajada, usada y marcada 'como si fuera ganado' por un bloque paramilitar en el año 2000.

'El día que lo conocí me dijo ‘yo soy paraco’, yo le pregunté ‘eso qué es’, y su respuesta fue: ‘de los que mochan cabeza’. Ese día me obligó a desfilarle a todos los hombres que estaban ahí y me dijo ‘para que no te olvides de mí, te voy a marcar’. Y lo hizo, me marcó como si fuera un ganado y solo recuerdo haberme desmayado del dolor', contó la mujer, en el marco del evento La verdad del pueblo negro, afrocolombiano, palenquero y raizal, promovido por la Comisión de la Verdad.

'Es una herida que nunca va a sanar, porque yo sigo con mi marca, lo que las mujeres de María La Baja vivimos fue revivir la esclavitud negra. Nosotras teníamos que cocinarles, lavarles, y favorecerlos sexualmente a las autodefensas, porque como ellos eran blancos y nosotras negra, podían hacer todo eso', afirma la víctima.