'Nos duele mucho esta pandemia porque ha ocasionado que las productoras de arepas de huevo en Luruaco estemos con las manos vacías', dice Mileidis Coronado, representante legal de Asopral, la Asociación de Productoras de Arepas de Luruaco.
En la Asociación trabajan 65 mujeres que dependen en su totalidad de la venta de este producto. Sus familias, entre los que están vendedores y hacedores, hacen parte también de esta cadena productiva que mueve la economía local del municipio.
'En un fin de semana bueno podíamos hacernos hasta 500 arepas. Uno llegaba a usar hasta cinco cartones de huevos. Ahora se fueron los clientes. Es muy difícil porque no tenemos de donde', dice Mileidis, heredera de una larga tradición fritanguera.
'Esto viene de generación en generación. Mi abuela y mi mamá fueron fritangueras. De mi familia, mi hermana, mis primas, mi hija sabe el truco de hacer las arepas. Mi esposo es productor y vendedor, por eso esto nos ha atropellado muy duro', agrega.
Yarelbis Medina aprendió de su madre y su abuela a hacer pasteles. Para esta joven de 18 años estos días de junio son la mejor época del año en materia económica para su familia porque se realiza el Festival del Pastel de Pital de Megua, que trae muchos visitantes a este corregimiento de Baranoa para probar un poco de su gastronomía. Este año el festival fue cancelado por el coronavirus.
Estas mujeres coinciden en que, a pesar de la difícil situación, podrían ver una solución con la reactivación de los festivales. Con el nuevo método Mileidis no estaba familiarizada, pero le alegra poder vender sus productos de forma online.
'Vamos a hacer pedidos a domicilio. La Gobernación nos está dando ayudas para vender a las empresas, llevar nuestro producto y tener una cocina disponible, estar en Rappi', dice.
El chef sincelejano Álex Quessep coincide en que todas las personas que producen, venden y preparan alimentos están afectados por la situación actual. Sin embargo, resalta la importancia de mantener vivo el patrimonio gastronómico por ser parte de 'nuestras tradiciones'.
'La cocina se asocia con la cultura y la soberanía alimentaria de un determinado lugar, que no es más que comer de forma consecuente con lo que produce el entorno. Lo que se cultiva, los animales que se crían, por eso es tan importante mantener vivos estos festivales. Vamos por buen camino, cada vez los festivales son más visitados y mueven aún más el interés de la gente por conocer a los hacedores y los ingredientes de cerca, las áreas donde se siembran', agrega.